Aunque no se han presentado mayores inconvenientes con el cobro del peaje, en el municipio de Turbaco el sinsabor en algunos habitantes sigue y aún más en los residentes aledaños e este.
A pocos días que tiene de haberse iniciado el cobro, los conductores de autos particulares y conductores de buses han resignado su negación y optado por pagar de ida y regreso el monto catalogados para cada vehículo.
Sin embargo, y por prevención, se logra ver muy cerca a esta construcción a un grupo de agentes anti motines, quienes están vigilantes para evitar que los residentes obstruyan las labores normales en el sector.
Pero lo que molesta a los dueños de buses y colectivos es la manera en cómo se ven disminuidos sus ingresos al pagar tantas veces pase en el día el mismo valor.
Pero por otro lado, los inconformes son los comerciantes que residen aledaños a este. Es el caso de Edgar Ordosgoitia quien es propietario de uno de los restaurantes de la zona.
La negatividad o desacuerdo con el peaje radica en un daño directo con su local comercial.
“Nos ha afectado al modificar los niveles de la vías pues las aguas pluviales que viene de Turbaco se convierten en aguas servidas e invaden el predio. La administración del edificio de administración del peaje bloquea el fluido y el agua tiene que meterse por nuestro predio”, dijo.
De igual manera la señora Sandra Paternina, residente del sector, dijo que otro de los aspectos que no considera justo es el cobro del peaje a ellos que están a menos de dos metros de este. “A pesar de estar en el kilómetro cero, nos toca pagar peaje”, se quejó.
Mientras que la situación se normaliza tanto para estos ciudadanos como para los conductores, el cobro del peaje de Turbaco se mantendrá hasta que la empresa interventora logre captar la inversión hecha en el manejo de estas vías o proyecto doble calzada.
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