El fuerte temblor que sacudió a Santa Marta ayer en la madrugada prendió las alarmas y despertó preocupación entre la comunidad porque cada dìa son más frecuentes esta clase de episodios.
El incremento en la actividad sísmica del departamento del Magdalena, muestra 53 eventos sísmicos de ligera y mediana intensidad durante lo que va del año. El más reciente se registró cerca de 1:21 de la madrugada del martes, con una magnitud de 3.6 en la escala de Richter y su epicentro se ubicó a 23.39 kilómetros de la cabecera municipal de Santa Marta.
Los registros del Servicio Geológico Colombiano, indican que de estos 53 temblores, 9 han tenido como epicentro el municipio de Aracataca y 10 se han originado en el distrito de Santa Marta.
El departamento del Magdalena tiene parte de su territorio sobre dos fallas geológicas, la Falla de Bucaramanga, que va desde el norte de la cordillera oriental, hasta el lago de Maracaibo en Venezuela, donde se producen sismos de profundidad intermedia y la Falla de la Oca, que limita en el flanco norte de la Sierra Nevada y se extiende hasta Venezuela. La actividad reciente de esta falla, se ha establecido por medio de las trincheras que muestran un movimiento lateral derecho.
La confluencia de estas dos fallas, frente al departamento del Magdalena, han originado en los últimos dos años, constantes alteraciones sobre la superficie del departamento.
Estas han empezado a juntarse ocasionando movimientos de la superficie. Es preferible que lo hagan de la misma forma en que se vienen acomodando y no con movimientos bruscos que produzcan un sismo de gran magnitud. En los dos últimos años esos movimientos se han producido durante el primer semestre del año.
PREVENCIÓN
El riesgo por sismo es cada vez mayor en Santa Marta, y las entidades de control de emergencia, ponen en práctica protocolos de respuesta y planes de contingencia.
En mayo de este año, la gobernación del Magdalena a través de la Oficina Asesora de Gestión del Riesgo de Desastres en conjunto con el Distrito y con el apoyo de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, programó varias actividades tendientes a preparar a las instituciones frente a una amenaza de sismo. Se realizaron talleres y un simulacro de evacuación con el fin de socializar entre los asistentes el comportamiento adecuado durante una situación de riesgo y los protocolos de respuesta, que se deben tener en cuenta en caso de ocurrencia de un sismo en esta zona del país.
El balance que presentó la Unidad de Gestión de Riesgo al finalizar la jornada, indicó que la entidad que logró evacuar la edificación en menor tiempo fue la Secretaría de Educación Distrital, quienes en solo 2, 23 minutos abandonaron completamente sus oficinas. Quienes más tardaron en evacuar durante el simulacro, fueron los estudiantes de la Institución Educativa Distrital El Pando, quienes tardaron 15 minutos para abandonar el colegio.
El nivel de vulnerabilidad del departamento está relacionado con las construcciones, la infraestructura y el nivel de riesgo para las personas.
El jefe de la oficina de Gestión de Riesgo del Magdalena, Luis Barraza Escamilla, indicó que a nivel nacional “se vienen adelantando gestiones para profundizar en el nivel de conocimiento de la amenaza que tenemos por sismos, que podamos entrar a determinar la vulnerabilidad, evaluar como están las edificaciones y cuales pueden ser las zonas potencialmente más propensas a afectarse por un sismo de magnitud importante para estar preparados ante la ocurrencia de un sismo de gran magnitud”.
Es importante profundizar en el conocimiento, ya hasta hace apenas dos o tres años se están registrando sismos con frecuencias de tiempo muy cortas y se debe empezar a preveer una emergencia de este tipo.
TEMBLOR EN 1834
El mayor temblor que se ha presentado en el departamento, ocurrió el 22 de mayo de 1834, cuando un sismo de 6.5 grados de magnitud, que causo graves destrozos en Santa Marta, Ciénaga, Puebloviejo y otras poblaciones de la costa. En Taganga, Ciénaga y Cartagena se presentaron daños de consideración, mientras que en Mompox, Valledupar y Riohacha se reportaron averías leves en algunas edificaciones.
Durante los seis días siguientes, se presentaron más de 55 réplicas y se siguieron reportando hasta el 10 de junio siguiente.
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