La esperanza de la familia del docente desaparecido en Córdoba el pasado 12 de junio, Walter Vergara Vergara, se desvanece con el hallazgo de un costal con restos óseos, ubicado en la finca Paimaná, en el municipio de Ciénaga de Oro, la misma donde uno de sus trabajadores dijo que lo habían secuestrado.
Los trabajadores que estaban recolectando yuca en el predio, vieron el saco en medio de un matorral, ubicado en la parte sur de la finca, y dieron aviso a las autoridades. Expertos en investigación criminal del Gaula, el Cuerpo Técnico de Investigaciones y de la Policía Metropolitana hicieron la inspección y llevaron los restos hasta Medicina Legal con el fin de iniciar el trámite de identificación y poder establecer si se trata del jubilado de la Universidad de Córdoba.
En el interior del costal, que estaba bien amarrado, encontraron un cráneo, la columna vertebral completa y los huesos de las extremidades y al parecer por el tañano de los mismos, podrían ser los del profesor, pero los familiares prefieren esperar la confirmación de las autoridades, la cual podría tardarse varios meses.
No fue el primer hallazgo en la finca Paimaná. Dos días después que el cuidandero dijera a las autoridades que el profesor se había ido voluntariamente con dos hombres, que llegaron a buscarlo en un carro, encontraron a la orilla de la represa nervios y cartílagos quemados, los cuales también son analizados en Medicina Legal.
La Policía nunca creyó en la versión del secuestro entregada por el trabajador Martín Espitia Cordero y corroboró la versión entregada por algunos vecinos, en el sentido que habían visto una intensa llamarada la noche anterior, a la orilla de la represa, justo donde encontraron cartílagos y pedazos de piel.
El macabro hallazgo indicaría que el cuerpo fue desmembrado y guardado por partes en las bolsas que posteriormente fueron introducidas en un saco de fique, el cual escondieron en medio de los matorrales para que no fuera ubicado por las autoridades.
Se fugó sospechoso
Los hijos del docente jubilado indicaron que no creyeron en la versión del trabajador porque este se contradijo en algunos datos. También descartaron de plano que su padre se hubiera ido con unos desconocidos, en las horas de la madrugada, sin avisar y mucho menos que hubiera dejado su billetera con los documentos.
El principal sospechoso de la desaparición del profesor Vergara, abandonó la finca tres días después de registrado el hecho y hasta el momento las autoridades no lo han ibicado para que entregue la versión de los hechos, luego del hallazgo.
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