Jesús Luna hizo lo de costumbre todas las mañanas: dirigirse al galpón a recoger los huevos criollos que sus gallinas ponen bien sea para el consumo de la casa o para venderlos a sus potenciales consumidores.
Sin embargo, ayer, el hombre se llevó tremenda sorpresa cuando al revisar a una de sus gallinas para recoger los exquisitos alimentos, se encontró en el nido un gigantesco huevo con un peso superior a un cuarto de libra, o sea un poco más de 250 gramos. Aseguran que es tres veces más grande que uno promedio.
Desde el descubrimiento, el huevo se ha convertido en tema de conversación en todo San Juan Nepomuceno, tanto, que Jesús ya ha recibido varias propuestas para venderlo, mientras que otros solo bromean imaginándose el gran esfuerzo que tuvo que hacer la gallina para traer al mundo este súper-huevo.
Hasta ahora lo único cierto es que Jesús y su familia lo conservarán hasta que llegue la hora de un nuevo desayuno, bien sea frito o revuelto.
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