Hace cuatro meses, los habitantes de San Pablo, corregimiento de Marialabaja, bloquearon la vía principal exigiendo un servicio de salud de calidad y creyeron que las cosas iban a mejorar, pues la Secretaria de Salud departamental y la administración municipal se comprometieron a garantizar un mejor servicio. Sin embargo, a la fecha siguen siendo muchos los descontentos de la comunidad, que se siente engañada.
“Esto está de mal en peor, aquí no hay servicio de emergencia. Vine a tomarme la presión porque anoche me desmayé, y no hay un tensiómetro. Aquí hemos hecho paro, vienen a prometernos y no hacen nada al final”, aseguró Dálida Medina, habitante de San Pablo.
Basta con poner un pie dentro del puesto de salud para darse cuenta de las quejas de la comunidad. Baños fuera de servicio, consultorios vacíos y equipos que no funcionan. Inclusive, la motobomba que debería distribuir el agua yace dañada en medio de una zona enmontada en que se convirtió el patio del lugar. Añadieron que para agravar la situación, les toca pedir agua en las casas vecinas para recibir servicios como odontología. Dicen que muchas veces no pueden recibirlo por los constantes apagones que hay en el corregimiento y que dejan sin funcionamiento a los equipos.
“La ambulancia no ha llegado”
Alejandro Marimón manifestó que aún tienen que llevar en motos a los enfermos a la urgencia del hospital de Marialabaja, pues no cuentan con servicio de urgencias dentro del corregimiento y mucho menos de ambulancia, aunque les dijeron que en los próximos tres meses llegaría, siguen esperándola.
“Cuando tenemos una urgencia, debemos ir a Marialabaja, pero ya cuando quieren llegar están muertos por falta de atención. Aquí todo está en mal estado, nos prometieron la ambulancia y no ha llegado”, expresó otro habitante.
Carlos Cassiani, secretario de Salud de Marialabaja, manifestó que sí se ha cumplido con las peticiones hechas por la comunidad, pero explica que hay algunas situaciones a las que no se les puede dar viabilidad.
“Llegamos a unos acuerdos dentro de los que estaban poder pedir citas vía teléfono para que ellos no tuviesen que madrugar y pedir un turno, habilitamos una línea, extendimos la atención médica de 35 a 42 pacientes diarios”.
En cuanto a la habilitación del servicio de urgencia, explicó que “la infraestructura no cumple con las condiciones, por lo tanto no es posible abrirla”.
Por su parte, Karina Medina, gerente de la ESE de Marialabaja, expresó que desde la anterior protesta se hizo un plan de mejoramiento que se está cumpliendo, “poco a poco se han ido haciendo las mejoras con el apoyo de la Secretaría de Salud, algunas fueron el cambio de médico a petición de los mismos pobladores. Extendimos el horario de las consultas de odontología, se ha dotado con insumos el centro de salud”.
Respecto a la ambulancia, Verena Polo, secretaria de Salud departamental, manifestó que ya se hizo la gestión y la ambulancia llegará pronto, pues está en proceso de contratación. “De esa ambulancia me comprometí yo cuando era encargada y hemos hecho lo necesario para cumplir con esa y las demás peticiones de la comunidad. Ahora está en proceso de contratación”. Se estima que a principio de septiembre la ambulancia debe estar en el corregimiento.
En cuanto al tema del agua, crearon un plan de trabajo para el suministro, pero hizo énfasis en el apoyo que necesita de otras entidades. “Necesitamos el apoyo del acueducto, estamos en la gestión, ya hablamos con la Alcaldía. La idea es hacer un pozo de agua, tratamos de gestionar todo lo posible para que tenga el suministro de agua, pues el tanque que tienen no está suministrando”.
Por su parte, el alcalde de Marialabaja, Carlos Coronel, afirmó que la situación del puesto de salud tiene raíces más profundas, pues todo es consecuencia de la crisis en la que está sumergida la ESE de la cabecera municipal.
“Estamos trabajando para subsanar la crisis que tenemos en el sector salud y viendo cuáles son las mejores opciones para que la ESE salga adelante y así poder brindar un mejor servicio”.
Inseguridad
Además de los problemas en el sector salud, la comunidad manifiesta que se han incrementado los atracos y amenazas. Uno de los hechos que causó mayor preocupación fue el robo a una docente dentro de la Institución Agroindustrial de San Pablo, donde trabaja.
Para contrarrestar estas situaciones las autoridades hicieron un consejo de seguridad con la comunidad, en donde se establecieron unas pautas para aumentar la vigilancia de los pobladores, entre ellas la instalación de un puesto de policía del cuadrante, la conformación de un frente de seguridad ciudadana, aumento de las requisas y mayor presencia policial. También trasladar la sala de denuncias de la Sijín para que la comunidad presente los casos que están afectando la población. Además, se solicitó a la alcaldía regular el transporte y sacrificio de ganado.
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