A sus 11 años, Camila Pájaro no recuerda cuándo fue la última vez que había podido jugar con sus amigas en los descansos o dar una clase sin ser distraída por el intolerable calor que se apoderaba de su aula de clases, hasta ayer cuando junto con sus compañeros pudo hacer nuevamente todas esas cosas que tanto anhelaba.
En medio de danzas, música y muchas sonrisas, la comunidad de la Institución Educativa Roberto Botero Morales, en el municipio de Arroyohondo, recibió espacios nuevos y mejorados, que beneficiarán el desarrollo de habilidades de los más de 320 estudiantes que tiene la institución.
Este mejoramiento, en el cual la Fundación Argos invirtió más de 640 millones de pesos, representa un paso más para seguir impulsando a la educación como motor de desarrollo y bienestar de las comunidades, especialmente en las zonas rurales del país.
Un sueño hecho realidad
José Luis Morales, rector de la institución, manifestó que estas obras representan un gran logro para su comunidad, que por años clamó por la rehabilitación de estos espacios que antes representaban un riesgo para sus alumnos y ahora no solo son motivo de satisfacción sino que confía en que favorecerán la calidad educativa.
“En mis 35 años de estar en la dirección de esta institución es la primera vez que recibimos un apoyo tan grande para que la calidad suba al máximo, no tenemos cómo agradecerles”, refirió el rector.
Sol María de la Hoz, madre de dos estudiantes que se beneficiarán de este aporte, expresó su agradecimiento y sintió por primera vez como los sueños se hacen realidad.
“Antes las aulas del colegio estaban en malas condiciones, me daba pesar y hasta miedo ver a mis dos hijas sufriendo el calor, la suciedad en medio de paredes que estaban por caerse y sin un lugar para jugar, siempre soñábamos con este día, en el que al ir a la escuela nuestros hijos se sintieran felices y hoy todo esto que nos brinda la Fundación nos devuelve la esperanza y nos deja la sensación de que las cosas pueden ser mejor”.
En busca de la transformación social
Alberto Carlos Riobó, gerente de la planta de Argos en Cartagena, explicó lo que significa este trabajo con la comunidad.
“Más allá del aporte material es de mucha satisfacción poder brindarles a los niños estos espacios donde ellos puedan desarrollar sus habilidades, y a eso es lo que le apunta Argos”.
Por su parte, Carolina Jaramillo, directora de la Fundación Argos, dejó un mensaje a toda la comunidad, para que le sigan apostando a la educación como vía para mejorar sus condiciones.
“Estamos felices de poder entregarle esta nueva infraestructura a la comunidad pero detrás de todo esto, a lo que nosotros como fundación le estamos apostando, es que las comunidades puedan seguir soñando porque los sueños son posibles y por medio de la educación podrán mejorar sus realidades”.
Dentro de las obras que se ejecutaron están la construcción del piso para el acceso a las aulas de clase y de la placa de la cancha, pintura de las fachadas, mantenimiento de cubierta, cambio de las puertas de las aulas, instalación de nuevas unidades sanitarias y la adecuación completa de la red eléctrica, entre otros.
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