El pronunciado deterioro en algunas calles del municipio de Arjona, se ha convertido en un dolor de cabeza para sus habitantes. Incluso han sido víctimas de accidentes por la falta de arreglo, por lo cual reclaman la intervención inmediata de la administración municipal.
Una protesta llena de color
Desde hace una semana, la calle La Esperanza en el barrio El Tanque se adornó con matas de plátanos y pintorescos carteles de colores con mensajes satíricos. A través de estos, sus habitantes intentan que las autoridades locales se enfoquen en su sector y se visibilice el mal estado en el que, por años, ha estado la vía y que provoca inconvenientes de movilidad, especialmente cuando llueve y se convierte en una ‘laguna’.
“Esto no es un problema nuevo, ya la calle se ha vuelto intransitable y lo peor es que cuando llueve esto se vuelve una laguna en donde la gente hasta puede pescar”, aseguró Luis Ortiz, habitante de Arjona.
Según refieren otros habitantes del sector El Tanque, esta no es la primera vez que hacen la petición, porque ya son varios años en la misma lucha pero lo único que han recibido son promesas incumplidas de la administración que esté de turno.
“La alcaldesa ha prometido tantas cosas y no se han visto resultados, queremos que venga a ver si es capaz de pasar, siempre nos prometen pero luego se olvidan de todo, casi ni los carros pueden pasar, hemos recurrido a hacer protestas pacificas”, dijo Manuel Álvarez.
Incluso refirieron que tuvieron que hacer rifas y recolectas para mejorar un tramo de la calle, pero no fue suficiente y al poco tiempo volvió a deteriorarse con el paso de vehículos, las lluvias y aguas residuales que terminan allí por la falta de alcantarillado.
Rejillas, una trampa mortal
El problema que más preocupa a los arjoneros son las rejillas de desagüe que permanecen averiadas y representan un peligro para los transeúntes y conductores. Durante los dos años que llevan dañadas se han presentado varios accidentes.
Son dos puntos del sector Polideportivo los que padecen esta problemática. Uno está en inmediaciones a la avenida Simón Bossa y otro en el sector que comunica con la Calle San Roque.
“Esto nos ha provocado una falta de comunicación hacia el polideportivo o a la plaza principal porque siempre tenemos esa dificultad, se han resbalado las motos y se caen los pasajeros”, aseguró Enrique Payares, habitante de un sector cercano.
Algunos moradores de la zona explicaron que las rejillas han sido intervenidas pero al parecer los materiales que usan no tienen una buena calidad y terminan dañándose nuevamente, por eso prefirieron quitarlas y evitar una tragedia mayor, ya que es una zona de mucho paso vehicular.
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