La deuda que tienen las Empresas Promotoras de Salud con los hospitales, centros de salud y clínicas de Córdoba asciende a 300 mil millones, cifra que los ha sumido en una crisis económica y los tiene ante un inminente cierre.
De acuerdo con lo señalado por el contralor departamental, Emilio Otero, es necesario que la Fiscalía General de la Nación inicie una investigación relacionada con el tema porque están poniendo en vilo la salud y vida de los usuarios y pacientes.
Explicó que dos de las EPS que más adeudan son Emdisalud y Comfacor, aduciendo que son irregularidades que deben ser castigadas por la ley colombiana.
El funcionario dijo que de los 300 mil millones de deuda, al hospital San Jerónimo le corresponden 109 mil millones de pesos, situación que tiene al centro asistencial atravesando una de las peores crisis financiera de su historia y prestando una atención de baja calidad, pues no hay medicamentos, insumos, ni tecnología de punta para atender a los pacientes.
Reiteró que la gente se está muriendo por falta de elementos y que la responsabilidad primaria recae sobre las EPS que no están pagando lo que les corresponde por la atenión de sus usuarios.
Otero pidió a entidades como la Contraloría General, Fiscalía, Auditoría y Procuraduría que tomen medidas conjuntas en aras de garantizar que las EPS paguen sus deudas y de esa forma se alicie la crisis financiera en la que está sumida la salud en Córdoba.
También hizo un llamado a la Superintendencia de Salud para que asuma un papel radical ante este tipo de situaciones, pues finalmente se afecta la población más vulnerable de esta sección del país.
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