Tras el anuncio del presidente de la República, Juan Manuel Santos, de aspirar a un segundo mandato, se encendieron las polémicas sobre los logros de su gobierno y lo que podría traer una reelección de sus políticas, principalmente por las negociaciones de paz que se adelantan con la guerrilla de las Farc en La Habana, Cuba.
El hecho de que el proceso de paz continúe durante las elecciones hace que estos dos factores se condicionen mutuamente, pues uno de ellos puede ser un instrumento de campaña mientras que el otro puede determinar el tiempo en que se realizan los diálogos.
Para el exconsejero presidencial de paz Carlos Eduardo Jaramillo, “los dos temas están íntimamente ligados”. Según él, desde que se firmó el primer acuerdo en Europa, quedó claro que el presidente Santos quería que eso concluyera antes del plazo para anunciar su candidatura a la reelección.
Si esto hubiera sido así, dice el exconsejero, el Presidente podría mostrar como un éxito la consecusión de un acuerdo con las Farc. “La necesidad de continuar en el cargo para manejar el tema reinserción y todo lo que viene con el postconflicto habría podido impulsarlo para la reelección”, afirmó Jaramillo.
Sin embargo, al no haber ocurrido esto, Jaramillo afirma que “el proceso de paz se convierte en el eje de la campaña presidencial”. Según él, en esta campaña algunos candidatos van a decir que continuarán con el proceso, mientras que otros “van a decir que es una mala paz y que es mejor seguir en la guerra”.
Según él, si en las elecciones de mayo se elige un presidente que continúe con el proceso de paz, “no tiene que ser Santos”.
Sin embargo, Carlos Jaramillo plantea un escenario de catástrofe en el que el proceso podría romperse antes de tiempo. “Lo peor que le puede pasar al Presidente es que el proceso de paz se rompa antes de las elecciones de mayo”, afirmó, agregando que “eso sería una catástrofe política para él, porque ésa es la bandera electoral del presidente Santos y otros candidatos”.
Por esta razón, según Jaramillo, “el Gobierno debe hacer todos los esfuerzos para que eso no ocurra, lo que implica que el Presidente está un poco atrapado en esta situación”. Sin embargo, aclara que si el proceso se rompiera después de las elecciones, “el efecto no sería tan devastador”.
Con la teoría de este aprisionamiento del presidente Santos en medio del proceso de paz, coincide el analista Alfredo Rangel Suárez, quien señaló que el mandatario “es una especie de rehén del proceso de paz”.
Rangel afirma que “el Presidente sabe que si corta el proceso de paz en medio de las elecciones, se arriesga a que las Farc inicien una escalada terrorista en contra de la población civil y del Estado”. Para él, el Gobierno está cometiendo un error al no acordar la suspensión de las acciones violentas durante el período electoral.
Rangel afirmó que los diálogos de paz son un lastre para las posibilidades de reelección del presidente Santos. Según él, en los índices de opinión el presidente “ya tiene una favorabilidad tan baja en las encuestas que es muy difícil que llegue a reelegirse”.
Por otro lado, Alejo Vargas, director del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Proceso de Paz de la Universidad Nacional, dijo que estos índices no son realmente dicientes. Según él, “las encuestas que muestran la caída en la favorabilidad se hicieron en un momento en que se estaba llevando a cabo un protesta social en el país a gran escala” y eso fue lo que generó la caída.
Para él “eso de la opinión es una cosa completamente transitoria y la llamada 'Opinión Pública' es bastante casquivana”, lo que quiere decir que se va moldeando según las circunstancias. Vargas afirmó que, para este momento, “la gente ya ha vuelto a la realidad en la que un presidente en ejercicio, tiene una altísima posibilidad de reelegirse”.
Alejo Vargas también estuvo de acuerdo con el exconsejero de Paz Carlos Eduardo Jaramillo, sobre la polarización que se dará entre las propuestas electorales. Para Vargas, la campaña va a estar dividida en dos sectores: “Uno que apoya la salida negociada al conflicto armado y la derecha uribista que considera que hay que seguir en la guerra interna”.
El académico reconoció el riesgo que está corriendo el presidente Santos al jugársela por la paz diciendo que “si el Presidente quisiera reelegirse, solo por mantenerse en el poder, la manera más fácil de hacerlo hubiera sido seguir con las políticas del expresidente Álvaro Uribe, con lo que Santos seguiría flotando sobre la popularidad uribista”.
En este sentido aclaró que, “aunque hay mucha oposición contra las otras políticas del presidente Santos, que son abiertamente neoliberales, los sectores menos favorecidos por ellas, van a apoyar la reelección sólo por apoyar el proceso de paz”.
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