El espíritu de la Constitución de 1991 al crear las dos curules especiales para la comunidad negra, raizal y palenquera era darle representación a una minoría que históricamente no ha tenido voz en el panorama político del país.
Sin embargo, en la pasada elección del 9 de marzo, fueron elegidos María del Socorro Bustamante y Moisés Orozco como representantes de esta comunidad y ninguno de los dos viene del movimiento afrodescendiente.
Los dos candidatos fueron elegidos, con una amplia mayoría, por la fundación Ébano Colombia, Funeco, con 34 mil y 13 mil votos, respectivamente. Los afrocolombianos han protestado, pues no se sienten representados por ninguno de los dos dirigentes políticos elegidos.
La candidata que sacó la mayor votación fue avalada por el exrepresentante de esa comunidad Yahir Acuña, quién en la elección pasada se lanzó como representante a la Cámara siendo miembro de Apertura Liberal, para luego anunciar su candidatura por Sucre con el aval del PIN, y finalmente inscribirse como candidato por la comunidad afro con el partido Afrovides. El otro representante elegido en 2010 fue Heriberto Arrechea.
Cabe recordar que para los partidos de estas circunscripciones no existe el umbral electoral, por lo que ganan los dos candidatos con mayor votación. Así mismo, para participar por una de estas curules basta con autodenominarse afrocolombiano y recibir el aval de una organización social inscrita ante la Dirección de Asuntos Afrocolombianos del Ministerio del Interior.
Contra Bustamante fue instaurada, antes de las elecciones, una solicitud de revocatoria de la candidatura ante el Consejo Nacional Electoral, por no representar las raíces del movimiento afro. Sin embargo, dicha solicitud fue negada por el organismo electoral, pues la candidata se autorreconoció como miembro de la comunidad afro.
Para José Fernando Tapia, director nacional del Centro de Autoreconocimiento Afrocolombiano (Cenafro), la advertencia ya se había hecho a las comunidades negras, “sabíamos que ellos eran apalancados por Yahir Acuña y Juan Carlos Martínez, nosotros pedimos que renunciaran a última hora todos los candidatos para quitarles legitimidad y apoyar al voto en blanco, pero no fue posible por la lucha de egos dentro de la misma comunidad”.
Así mismo, califica de absurdo e irracional “que se acepte a una persona no afrocolombiana como candidato por una circunscripción especial “¿por qué el Ministerio del Interior, permite que las personas que no son de comunidades negras se inscriban?”.
Cabe recordar que el dirigente de Cenafro había hecho un llamado a la comunidad negra para que votara en blanco en las pasadas elecciones.
Germán Sahid, profesor de Ciencia Política de la Universidad del Rosario, aseguró que debido a que las comunidades afro están ubicadas en territorios con incidencia de actores armados del conflicto, estos inciden en las elecciones, “además las comunidades negras están fragmentadas hay diferencias idiomáticas y culturales dentro de ellas y como siempre han estado abandonados por el Estado no tienen la cultura política para crear un partido político nacional”.
Y agrega que una persona de raza blanca no puede representarlos. “Tan mal queda la comunidad afro, como los personajes que se lanzaron y los partidos que los avalaron. Eso demuestra la falta de seriedad de la participación democrática en Colombia”.
Para Juan Carlos Ruiz, director de la maestría de Ciencia Política de la Universidad del Rosario, no se está cumpliendo el propósito con el que se crearon las circunscripciones especiales, ya que “estas se están utilizando como un bastión electoral para políticos que no representan a nadie y que por una u otra razón son expulsados de otras comunidades”.
Así mismo, sostiene que es un contrasentido que una persona blanca represente a las negritudes, porque es “admitir que las minorías no se pueden representar a sí mismas, lo que se busca es que ellos tengan voz y voto y que no se les trate como personas sin valor en la sociedad. Esto deja con una muy mala imagen a la democracia colombiana”.
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