A cuatro horas de camino al norte de la costa de San Andrés y cerca al meridiano 82, el presidente de la República, Juan Manuel Santos, hizo acto de presencia respondiéndole a su homológo de Nicaragua Daniel Ortega la demanda interpuesta ante la Corte Internacional de Justicia.
Dicha demanda pretende quitarle a Colombia todo su mar territorial dejándolo solo con 200 millas desde la costa de Cartagena. Por ese motivo, Santos decidió navegar por las aguas nacionales y llegar al límite que ha causado tanto revuelo, el meridiano 82.
El jefe de Estado no zarpó desde San Andrés y no hizo todo el recorrido por temas de agenda. Sin embargo, arribó en un helicóptero al punto previsto para dar su discurso.
Allí donde la inmensidad del mar es la única compañía y en medio de un oleaje suave pero que agitaba las almas del barco, el jefe de Estado calificó como temeraria la demanda interpuesta por su par Daniel Ortega.
El anuncio, según una fuente del Gobierno, se hizo en ese lugar para demostrarle a quienes dicen que no se está haciendo soberanía, que Colombia la está ejerciendo y que quiere tanto a ese mar como a la tierra que Nicaragua quiere reclamar.
Santos visitó la corbeta Almirante Padilla de popa a proa, desde la sala de motores hasta la cabina de mando recordando sus tiempos de marino.
Aunque la visita fue corta, luego de su intervención, el mandatario no tardó en salir en un helicóptero para llegar a tierra. Pero, su discurso fue vehemente y no dejó duda que el Gobierno no está dispuesto a perder un solo centímetro más de ese cuerpo de agua que rodeaba el barco en ese momento.
El viaje fue tranquilo, las terribles tormentas por las que pasa el país no se vieron reflejadas mar adentro. El cielo permaneció oscuro.
A la hora del discurso y debido al agotamiento del viaje, el ministro de Justicia, Alfonso Gómez Méndez, tuvo que aguantar en el fuselaje del barco el movimiento que producía el mar, no solo a él sino a la mayoría de los altos dignatarios que acompañaron al presidente se les vio con mal del mar. El mandatario demostró que su juventud la pasó en corbeta, ni un síntoma de mareo durante la alocución.
Cuentan los marinos que cuando las personas que no conocen el mar se suben a un barco este es respetuoso, pero cuando la tripulación es antigua las olas son capaces de tapar el barco, en esta ocasión, al parecer, había mucho continental en el navío. Hoy el Gobierno de Colombia fue hasta el límite para demostrar que no está Derrotado.
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