Editorial


Una mirada a la infraestructura vial

EL UNIVERSAL

30 de septiembre de 2017 12:00 AM

Tras la debacle en que anda la política local por los actos que hoy tienen al alcalde Manuel Vicente Duque en prisión preventiva, al igual que a su primo José Julián Vásquez; al concejal Jorge Useche y a la contralora Nubia Fontalvo, y a un Concejo preocupado porque la mayoría de los cabildantes debe responder ante la justicia, ahora se le suman las voces de gremios y gente del común que piden renuncias tanto del alcalde como de los concejales, preocupados todos por el presente y futuro de la ciudad.

Son muchas las problemáticas de la ciudad y a medida que pasa el tiempo la preocupación de varios sectores crece.

Para la muestra lo que pasa con la infraestructura vial. Cartagena se ha quedado sin calles y avenidas en buen estado porque hasta las pocas que se lograron arreglar en la administración pasada están ad portas de convertirse en candidatas para nuevas inversiones por la falta de mantenimiento.

Eso pasa en la Calle 30, donde durante la administración del exalcalde Dionisio Vélez se invirtieron miles de millones de pesos en reparar lozas que estaban en mal estado. El problema hoy es que por la falta de limpieza de imbornales y canales pluviales estas permanecen días y semanas llenas de agua ante el consabido deterioro del costoso pavimento.

Otro sector que muestra la negligencia y falta de interés administrativo es el de los alrededores del sector de la bomba de El Amparo, el cual, a pesar de ser muy transitado, aún por los buses del Sistema Integral de Transporte Masivo, Transcaribe, se han convertido en un peligro por la cantidad de baches y ranuras que hoy tiene lo que otrora fuera pavimento y que hoy no es más que un camino lleno de piedras. Y ni hablar de las vías internas de muchos barrios o de la misma Vía Perimetral, prácticamente incomunicada.

Y lo peor es que, según el Informe de Calidad de Vida 2016 del proyecto Cartagena Cómo Vamos, en 2016 no se hizo ninguna mejora a la malla vial de Cartagena y en lo que va corrido de 2017 tampoco se ha visto que el Distrito, a través de la Secretaría de Infraestructura, esté adelantando proyectos serios para recuperar la malla vial, aún en sectores usados por el turismo, como las calles de Manga (Cuarta Avenida) por donde transita el turismo de cruceros, cuya temporada está en apogeo.

La administración distrital tiene que dar muestras de que sí está trabajando por el bien del ciudadano y un programa de reparación de vías puede ser una prueba de que en el Palacio de la Aduana hay vida.

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