Editorial


Semana Santa y el turismo

El alcalde y la Corporación Turismo Cartagena de Indias anunciaron que esperan más de 90 mil turistas en Cartagena durante Semana Santa y prevén una ocupación hotelera de 71 por ciento, la cual no solo es respetable, sino que representa un aumento de 19 por ciento en los visitantes internacionales y 6 por ciento en los nacionales. Según Zully Salazar, presidenta ejecutiva de la Corporación Turismo Cartagena, llegarían 64 mil turistas en vuelos nacionales, unos 11 mil en vuelos internacionales y 17.630 en los barcos de cruceros que arriban a los muelles de la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena.

El auge enorme de turistas llegados por avión y el gran incremento porcentual de los internacionales que usan este medio subrayan la importancia de acometer enseguida la ampliación del aeropuerto Rafael Núñez y sus mejoras internas, incluyendo los cinco puentes de abordaje móviles, indispensables para cualquier operación aeroportuaria moderna y que hoy hacen mucha falta, restándole comodidad y categoría al aeropuerto de la ciudad más turística de Colombia, que aún recurre a la práctica obsoleta de las escaleras al aire libre para abordar y desembarcar, exponiendo a los pasajeros no solo a caídas, sino a las inclemencias del tiempo.

También es indispensable que los entes responsables de recuperar los terrenos donde irán los terraplenes que le quitarán el ruido insalubre y molestoso que hoy soportan los barrios aledaños a la pista cuando los aviones despegan y aterrizan, en ambos casos con altas revoluciones y decibeles de sus turbinas, lo hagan cuanto antes para que Sacsa pueda acometer las obras.

El Distrito se valió del lanzamiento de la temporada turística de Semana Santa para volver a hablar de un proyecto que conectaría peatonalmente al Parque del Centenario y el Castillo de San Felipe mediante una inversión de 1400 millones de pesos para recuperar el espacio público, permitiendo así dicha conexión. Ojalá que este presupuesto incluya ampliar las aceras de los dos puentes Heredia, el antiguo y el nuevo, para permitir un flujo ordenado y seguro de peatones hacia el San Felipe, aunque lo ideal sería rehabilitar también el viejo viaducto del ferrocarril de Cartagena a Calamar, caminata que sería espectacular por las vistas no solo de las fortificaciones desde ángulos novedosos, sino de los manglares y de su fauna. La naturaleza enclavada en las zonas urbanas de Cartagena debe ser rescatada cuanto antes, en vez de envilecerla más. Ojalá que la temporada turística sea satisfactoria y productiva para todos los cartageneros.

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