Editorial


Sail Cartagena 2018

EL UNIVERSAL

22 de julio de 2018 12:00 AM

Comenzó oficialmente el Sail Cartagena 2018, la máxima celebración mundial de los ‘Tall Ships’, o barcos altos, una referencia a sus mástiles con velas cuadradas tradicionales. En la ciudad hay 9 de estos barcos, incluyendo al ARC Gloria, la embarcación colombiana que celebra sus 50 años de navegación, y ocho de estos están atracados en los muelles de la Sociedad Portuaria de Cartagena, incluyendo la nave colombiana, mientras que el de México, el Cuauhtémoc, está en el muelle de La Bodeguita.

Los demás países con veleros en Cartagena son Portugal, Chile, Argentina, Perú, Brasil, Honduras, Venezuela, mientras que los Estados Unidos tienen un guardacostas en el muelle de Edurbe.

Las tripulaciones de los nueve barcos suman 1556 marineros, con la novedad de que los cadetes que tripulan el Gloria son mujeres, salvo 3 cadetes hombres y la tripulación básica del velero que siempre está ahí sin importar el género de los estudiantes que estén a bordo. Esta tripulación engalana hoy la foto principal de nuestra primera página y se nota que se mueven por los aparejos del velero con toda confianza, dado lo relajadas que se ven todas, aún las de los lugares más altos de los mástiles y las velas. A bordo del Gloria hay 130 personas.

El recorrido del Sail de 2018 se inició en Brasil el 25 de marzo y durará hasta el 2 de septiembre, cuando habrán atracado en 18 puertos de 11 países americanos. Algunos de los puertos donde atracaron estos veleros son Río de Janeiro (punto de partida), Punta del Este, Montevideo, Buenos Aires, Cabo de Hornos, Punta Arena, Valparaíso, Callao, Guayaquil, Balboa, Willemstad y Cartagena de Indias.

Aunque todos los puertos tocados son importantes, Curazao tiene especial relevancia para Colombia porque de allí llegaron muchos inmigrantes al Caribe colombiano, incluyendo a Cartagena.

La navegación en estos veleros es muy importante porque los (y las) cadetes no solo estudian sus materias normales durante el día en las aulas de a bordo, sino que aprenden navegación clásica, además de usar también todos los instrumentos modernos. Quizá ninguna embarcación educa mejor a marineros futuros que un velero, porque depende de la brisa para moverse y tiene que dar bordadas, lo que equivale a andar en zig zag siempre, a menos que ande viento en popa, entendiendo los estudiantes de mejor manera la combinación de brisa, olas y corrientes, y cómo influyen en la nave. El no tener que usar siempre un motor también le añade a la magia de los veleros porque el único sonido es el del viento en las velas y aparejos, y el del agua golpeando contra el casco.

El Sail es importante para Cartagena por varios motivos: en primer lugar es un evento muy democrático, porque se pueden conocer todas las embarcaciones, y de manera gratuita; porque las tripulaciones comprarán objetos en la ciudad y utilizarán nuestros distintos servicios de restaurantes, artesanías, ropa, etc. Y también porque los veleros son una atracción enorme para el turismo nacional e internacional. Hay que agradecerle a la Armada por su organización impecable de este evento, que ojalá nunca se interrumpa y crezca en barcos participantes.  

 

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