La crisis político administrativa que atraviesa la ciudad se ve reflejada en la infraestructura de muchas de las instituciones educativas oficiales que cada día se deterioran más y algunas quedaron con las obras inconclusas.
Tan reiteradas son las quejas de la comunidad estudiantil sobre este problema, que fue debatido recientemente en el Concejo Distrital.
Es lamentable, por ejemplo, el estado del colegio San Felipe Neri en el barrio Olaya Herrera, donde siempre que cae un aguacero, deben suspender las clases porque se inundan desde las aulas, las oficinas administrativas, los laboratorios, las salas de cómputo, hasta las canchas deportivas.
Una de las soluciones que proponen es pasar el colegio a otro lugar, pero según el rector, el área del predio que pretenden legalizar es de media hectárea, mientras que la sede actual es de dos hectáreas, para los 1.700 alumnos que hay en las tres jornadas.
Mientras esas obras se concretan, no se entiende por qué la demora para limpiar y fumigar el plantel afectado por las lluvias, para así evitar posibles enfermedades a los estudiantes, quienes cansados de esperar, protestaron el pasado viernes frente a la Alcaldía, donde después de una reunión, el gobierno distrital se comprometió en invertir $8.487 millones para reconstruirlo.
Ojalá definan lo más pronto el cronograma y el plan de trabajo para una ejecución sin demoras, y así no se afecte por mucho tiempo el desarrollo de las clases, en una institución de más de 40 años, a la que hace rato no le meten la mano en serio.
Los que también estuvieron un mes sin clases fueron los estudiantes de la Institución Educativa Fernández Baena, debido al riesgo de venirse abajo el bloque 4.
Recordemos que allí votó en las pasadas elecciones atípicas el hoy suspendido alcalde Antonio Quinto Guerra, quien después de hacer un recorrido, ya como mandatario, prometió dejar listos los estudios y diseños para la construcción de un megacolegio, agregó, “en honor a lo que fue el Fernández Baena para Cartagena”.
Por ahora, solamente se busca adecuar los bloques 1 y 2, es decir, los bloques 3 y 4 todavía están en veremos porque, dijo la secretaria de Educación en el Concejo, “estas son obras mayores y que no podríamos resolver a corto plazo. Estamos haciendo todas las diligencias para trabajar todo lo que tenemos pensado”.
Por lo menos ya se dio un paso con el presupuesto de $399 millones que se tienen, que servirán también para reparar el área administrativa de esa institución educativa con más de 80 años de funcionamiento y que vio cómo su tasa de deserción escolar del 2010 al 2017 pasó de 1,26 % al 7,86 %.
La lista de colegios en mal estado es larga, pues más del 80 % de las 105 instituciones educativas que tiene el Distrito, con sus respectivas 88 sedes, tienen problemas de infraestructura.
La Secretaría de Educación ya empezó a mitigar algunos problemas con un presupuesto de $1.299 millones, pero al parecer esto no es suficiente .
Es hora de priorizar y vigilar las futuras obras, la comunidad estudiantil requiere una atención concreta.
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