Cartagena tiene múltiples tareas para 2018, y quizá el eje de todas estas es el Plan 4C (Cartagena Competitiva y Compatible con el Clima), que es una guía para adaptar a la ciudad al cambio climático, especialmente el creciente nivel medio del mar, sin que este sea el único factor.
Entre las demás tareas sobresale la necesidad de trabajar duro para erradicar la pobreza extrema en el mediano plazo, según el documento de los investigadores del Banco de la República, Adolfo Meisel y Jhorland Ayala, presentado por ellos en junio de 2017 en un foro organizado por El Universal.
Ayala y Meisel señalaron la necesidad de identificar, reubicar y proteger a la gente que vive en zonas de riesgo no mitigable; la cobertura de servicios públicos esenciales; la educación; y el empleo y la informalidad laboral; y como una novedad pragmática y útil, estimaron cuánto cuesta hacer todo lo anterior e identificaron fuentes de financiación.
Están también los diversos macroproyectos, como el Plan Maestro de Drenajes Pluviales, que debe poner a punto los canales que desaguan la ciudad y asegurarse que funcionen como un sistema integral, y que también sirvan de punto de partida para un desarrollo urbano con áreas públicas prácticas y con estética en los barrios más pobres de Cartagena, que hoy se inundan de manera trágica, repetitiva y cada vez peor.
Es indispensable implementar la defensa costera, que comenzará por el área entre el Túnel de Crespo y el espolón Iribarren, y que como el Plan Maestro de Drenajes Pluviales, también debe estar armonizado con el Plan 4C ya mencionado.
La movilidad es otra prioridad y esta debe gravitar alrededor de Transcaribe y su expansión, incluyendo chatarrizar las busetas, peligrosas para pasajeros, transeuntes y conductores de otros vehículos, y también deberían tomarse decisiones trascendentales con el mototaxismo, que es cada día una plaga peor y fuente de buena parte de la inseguridad.
La seguridad no es solo controlar las motos, sino crear empleos de calidad, una responsabilidad colectiva pero difícil, dada la tendencia mundial de la robótica en la industria y otras actividades, que reemplaza obreros con máquinas.
Cuidar el espacio público de invasores de todos los estratos es otra labor urgente y pendiente, y que también se relaciona con la inseguridad.
Y por último, 2018 debería ser el año en que la mayoría de los cartageneros comience a votar a conciencia para que todo lo anterior comience a ser posible.
El Universal le desea un feliz año a los cartageneros y colombianos de otras partes del país que nos visitan.
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