Editorial


La interinidad, otra vez

Nuevamente fue suspendido el alcalde Manolo Duque, o mejor dicho, vuelve a estar vigente su suspensión promovida por la Procuraduría (para poder investigar la caída del edificio en Blas de Lezo sin su interferencia), al dejar sin efecto las instancias superiores la tutela que le había permitido reintegrarse al cargo luego del encargo breve de Sergio Londoño Z. Y de nuevo queda Cartagena en el limbo mientras es encargado un alcalde, el que tampoco podrá hacer muchas de las cosas pendientes de la ciudad como sí lo puede hacer un alcalde titular. Ojalá que la investigación concluya rápidamente para definir la situación de Cartagena lo antes posible.

Cartagena tiene pendientes varios proyectos importantes, como es el Plan Maestro de Desagües Pluviales, que debería permitir transitar el agua de lluvia hacia el mar eficientemente y evitaría así muchos de los problemas de inundación que tenemos hoy, pero que tampoco hará milagros en los barrios cuya cota es demasiado baja; está la defensa costera, que por el momento iría del sector del edificio Seguros Bolívar, a la entrada de Bocagrande, hasta el espolón Iribarren, diagonal al Hotel Caribe, zona que se convirtió de inundación crítica por el mar cada vez que la marea sube un poco más de lo normal a causa de algún fenómeno meteorológico; está el proyecto de la Quinta Avenida de Manga, que debería solucionar los problemas de inmovilidad de ese barrio residencial asediado por el tráfico que lo cruza y que se embotella en él; y también está el proyecto del Canal del Dique para quitarle los aportes de sedimento a la bahía de Cartagena, entre otros propósitos también importantes, y aunque está diseñado en detalle y aprobado, y hay dinero para comenzarlo, no tiene asegurada toda la financiación, así que la ciudad y el departamento de Bolívar no pueden descuidarse un segundo porque nos lo embolatan.

Y luego está el reto mayor de Cartagena, que es erradicar la pobreza, una tarea pendiente e inaplazable, hacia la cual se dio ya un primer paso importante con el estudio de Jhorland Ayala y Adolfo Meisel, “La exclusión en tiempos de auge”, que fue lanzado en un foro en El Universal, y que cuantifica la inversión necesaria para este propósito, aunque después haya que afinar los estimativos.

Quien entre  a manejar la ciudad, persona aún desconocida al escribir esto, debería hacerse acompañar de las “ías” para su propia tranquilidad y para garantizar la pulcritud en el manejo del erario, que tanto preocupa a los ciudadanos.

 

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