Al conocerse que Antonio Quinto Guerra Varela, del partido Conservador, fue elegido ayer como el nuevo alcalde de Cartagena, superando por más de 13 mil votos a Andrés Betancourt, candidato del Partido ASI, la primera pregunta que surge es: ¿saldrá Cartagena por fin de la inestabilidad política?
No se puede desconocer que la Procuraduría General de la Nación lo tiene entre ceja y ceja porque considera que estaba inhabilitado para ser candidato. Ayer La W informó en primicia que el ente de control le solicitará a la Comisión Escrutadora de Cartagena abstenerse de declarar su elección, “por considerar que está inhabilitado para ejercer el cargo”, aunque un comunicado posterior de la Procuraduría anunció que se dirigiría al Consejo de Estado. Las razones de la Procuraduría ya las hemos expuesto varias veces en este espacio, así como las decisiones del Consejo Nacional Electoral.
Preocupa que Cartagena siga en ese estado de incertidumbre. Así como es lamentable la apatía de la ciudadanía, quizá por culpa de la crisis institucional del Distrito, pues se volvió a ver reflejada en una absurda y vergonzosa abstención del 77 %, pese a todas las campañas que se hicieron, especialmente en los medios de comunicación, para que la gente votara.
Es desafortunado, como publicó la MOE en un comunicado, que el titular de la portada de ayer de El Universal fuera visto por varios ciudadanos “como una invitación a votar por uno de los candidatos sobre el que esta misma semana se decidió si estaba habilitado o no para participar de las elecciones”.
Lo único que pretendía ese titular era, como lo dijimos en varias notas tanto en la página web, como en el impreso, invitar a los cartageneros, habilitados para votar, a hacerlo.
Ayer mismo también lo escribimos en el editorial, que parece haber pasado desapercibido: “(...) la interinidad le ha hecho mucho daño, nubarrón que aún amenaza el firmamento cartagenero por la actuación de la Procuraduría General de la Nación contra uno de los candidatos más opcionados para ganar, cuya candidatura considera espuria, aunque tiene el respaldo de la mayoría de las casas políticas tradicionales y fuertes. Ojalá que Cartagena pueda pasar a la normalidad en estas elecciones atípicas para que la próxima sea de un alcalde que cumpla su periodo completo”.
No hay duda que últimamente las noticias que pasan en Cartagena son más negativas que positivas y eso se refleja en la prensa. Las quejas porque la ciudad no sale a flote se agravaron al conocerse que al exalcalde Manolo Duque lo enviaron a la cárcel y que el Concejo tiene a más de la mitad de sus cabildantes investigados por corrupción. La mejor oportunidad para revertir una crisis de esa magnitud, era el voto multitudinario, sin embargo, la abstención fue muy superior.
Fueron en total 72,111 votos con los que Quinto Guerra ganó la Alcaldía atípica y ahora es toda Cartagena la que espera que en 19 meses cumpla con lo que prometió. Su eslogan de campaña no puede quedarse solo en palabras, pues la desigualdad y la pobreza son retos urgentes.
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