Ahora que la Costa Caribe recuperó a Juan José Nieto, el presidente negro de madre indígena, nacido en Sibarco, un pueblito entre Baranoa y Tubará, en ese entonces jurisdicción de Cartagena, viene a la mente el trabajo de Gustavo Bell Lemus, ‘¿Costa Atlántica? No: Costa Caribe”, en el que analiza cómo se metió esta falsedad geográfica, la Costa ‘Atlántica’, nacida del desprecio andino por este litoral y sus gentes, en nuestra vida diaria y en los mapas del país y sus textos históricos.
Dice Bell: “La hipótesis, entonces, que me atrevo a plantear es que la denominación de Costa Atlántica, en vez de Costa Caribe, esconde una actitud despreciativa hacia la Costa, surgida a mediados del siglo XIX, con claros orígenes racistas y discriminatorios. Se originó particularmente luego de la guerra de Los Supremos (...)”, y añade el autor: “¿Qué ocurre en 1840? Entre 1840 y 1842, vivimos la primera gran guerra civil de nuestra historia republicana, la denominada guerra de Los Supremos. En esta confrontación, la Costa Caribe se separa por única vez en la historia del país: hay un movimiento separatista que comienza en Ciénaga, posteriormente se expande a Santa Marta, de Santa Marta se expande a Cartagena, a Mompox, a Riohacha, y se constituyen las Provincias Federadas de la Costa Caribe, en un intento separatista (...)”.
Pues resulta que uno de los líderes importantes de Los Supremos en el Caribe era nada menos que Juan José Nieto, figuración que, pensamos nosotros ahora, le añadiría mucha leña al fuego del rechazo andino contra la revuelta, y sobre todo, contra sus gentes, representadas en este caso por un caribe de piel negra, quien de paso fue el primer colombiano en escribir una novela histórica.
Dice Bell en su trabajo, refiriéndose al efecto de la guerra de Los Supremos: “Es curioso, y en esto la relación de causalidad directa es difícil de probar evidentemente, que a partir de 1840 en todas las geografías del siglo XIX no va a aparecer más el mar Caribe”, y luego recalca que “la andinización del país se empieza a agudizar a partir de 1842, y no es gratuito —ésa es parte de nuestra hipótesis—, que desaparezca el mar Caribe y surja el océano Atlántico”, y nace así el uso generalizado, geográficamente equivocado y ofensivo contra este litoral de ‘Costa Atlántica’, que hasta la fecha sigue en nuestros textos de historia
A partir de la guerra de Los Supremos aparecen en los libros colombianos teorías prestadas a Europa en el sentido, primero, que solo en los climas templados puede haber civilización (en Los Andes), y luego entra el elemento racial que afirma que hay civilización solo si la gran mayoría de la población es blanca. Dice Bell: “Empieza así a existir, repito, una estigmatización de lo que es el mar, el Caribe y las zonas cálidas”.
Recuperar a Juan José Nieto para la historia del país incluye el deber de imponer el término Costa Caribe y eliminar la ‘Costa Atlántica’ del léxico del Gobierno central y de sus instituciones, incluido el DANE, pero sobre todo, debe salir de nuestros libros de historia. El litoral Caribe aún tiene esa tarea pendiente.
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