Editorial


Hay que ponerles el freno

El dolor, la rabia y la indignación no cesan para la familia y allegados del menor de 5 años de edad que murió arrollado por un jeep colectivo en el barrio La María la semana pasada.

Y no es para menos, pues todo indica que el pequeño iba por el andén con su madre cuando fue embestido por el vehículo, cuyo conductor perdió el control, al parecer, por ir peleando pasajeros en la vía, en la denominada ‘guerra del centavo’.

Según las autoridades, el conductor de 22 años, que prestaba el servicio informal de transporte en Torices, Daniel Lemaitre y sectores aledaños al cerro de La Popa, no tenía licencia de conducción pero sí antecedentes por el delito de lesiones personales; esta persona dejó el vehículo en el sitio y fue capturado por la policía en el barrio San Francisco cuando iba en una mototaxi.

Mientras que la familia espera que la justicia actúe, la preocupación en esa zona por el tránsito de estos camperos colectivos no es nueva.

Muchos, ante la falta de un servicio público óptimo, se ven obligados a subirse por la parte trasera de estos jeeps, que cubren las rutas abandonadas por las empresas del Transporte Público Colectivo (TPC) hace 24 años; o a las mototaxis, ambos, transportes informales y riesgosos para la vida de pasajeros y conductores.

Este año, el DATT ha impuesto 707 comparendos a conductores de vehículos particulares que prestan servicio no autorizado de transporte de pasajeros.

Un día después del trágico accidente, en la misma zona, se inmovilizaron 10 jeeps y se impusieron 11 comparendos por diversas infracciones, la mayoría por vencimiento o no porte de la licencia de conducción.

Según el DATT, estos vehículos particulares han sido sorprendidos fungiendo como taxis o como transporte público colectivo. Muchos carecen de seguro obligatorio y no poseen revisión técnico mecánica o su conductor no tiene licencia de conducción. Se parquean donde sea para esperar a sus pasajeros, sin importarles el trancón que generan.

Mientras llega Transcaribe a esa zona -ojalá pronto- es necesario que los operativos del DATT sigan siendo constantes y contundentes para evitar, no solo los trancones, sino que se repitan las tragedias.

No es un secreto que varios de esos vehículos viejos, algunos conducidos por irresponsables, han sido los protagonistas de múltiples accidentes. Controlar el servicio irregular es una tarea que se debe seguir haciendo para evitar más muertes en las vías.

 


 

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