La Armada Nacional conmemora hoy el día de su nacimiento como fuerza naval en la Batalla de Maracaibo, donde hace 191 años el almirante guajiro, José Prudencio Padilla, hijo de un afrodescendiente y una indígena Wayú, derrotó en julio 24 de 1823 a la flota española y consolidó la independencia de Colombia y de otros países de América. Buena parte de la marinería de Padilla era de San Andrés Islas, a quienes se les debe mucho mayor reconocimiento en la gesta gloriosa de Maracaibo.
Ya en enero de 1821 Padilla había sitiado a Cartagena y el 24 de junio, en la “Noche de San Juan”, derrotó aquí a la armada realista, la que se rindió el 1 de octubre y la ciudad quedó en manos patriotas. En su honor lleva el nombre la Escuela Naval de Cadetes en Cartagena, ciudad donde vivió Padilla con Anita Romero, hija del prócer Pedro Romero.
Hoy, según un comunicado de la Armada, “Con la presencia del Presidente de la República, doctor Juan Manuel Santos Calderón, a las 5:45 de la tarde se realizará la inauguración del nuevo campo de paradas de la Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla”, el cual se constituye como la primera obra terminada de la primera fase del proyecto ‘Alfa Sextantis’ que contempla además la construcción del edificio de aulas, edificio de laboratorios y simulación, edificio de alojamiento de Cadetes femeninas y la construcción y modernización de las redes de acueducto, alcantarillado, contraincendios, eléctricas y voz y datos”. Es decir, se inicia una nueva etapa en la modernización de la Escuela Naval. Y a las 6 de la tarde la Armada obtendrá la condecoración al Mérito Naval “Almirante Padilla” y la Medalla Fe en la Causa de la Armada Nacional.
La Armada, como las otras fuerzas del país, se merece un día especial del año que conmemore su creación y que sirva de pretexto para reconocerle su labor de manera oficial, pero en los litorales de Colombia todos los días son de esta fuerza por la labor que ejerce, desde las grandes operaciones navales que salvaguardan las fronteras marítimas, hasta el rescate casi diario de navegantes a la deriva, tanto colombianos como extranjeros, o el traslado de personas enfermas de alguna isla a tierra firme, incluyendo operaciones sofisticadas de mover pasajeros de cruceros en altamar a hospitales en el continente mediante helicópteros.
Otra labor principal de la Armada es la que ejerce a través de la Infantería de Marina, pionera en la pacificación de los Montes de María, los que a pesar de las declaraciones imprecisas de un alto militar retirado del Ejército, siguen libres de guerrillas, aunque no lo estén de las presiones de las bacrim en algunos corredores estratégicos para el trafico de narcóticos ilegales.
Y el trabajo constante de Guardacostas, además de la vigilancia y control, incluye esfuerzos para educar a la marinería civil local, mientras que la Dimar organiza el tráfico marítimo de gran envergadura.
La Armada es entonces un orgullo para la ciudad y para el país, y estamos seguros de que seguirá asumiendo con éxito los retos de su misión institucional.
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