Editorial


Dos meses del desplome

EL UNIVERSAL

27 de junio de 2017 12:00 AM

Se cumplen hoy dos meses de la tragedia en el barrio Blas de Lezo, donde un edificio en construcción se desplomó, dejando a 21 personas muertas y 22 más heridas.

Ese 27 de abril el dolor por las víctimas se apoderó de la ciudad; también la rabia, pues lamentablemente tuvo que ocurrir esto para que se empezara a investigar sobre la corrupción en las construcciones ilegales que nos invaden en más sitios de los que se cree.

Cuando se cumplió un mes de la tragedia, escribimos aquí que el caso de Blas de Lezo seguía impune, pese a que la Procuraduría había suspendido al alcalde Manolo Duque.

Sin embargo, una semana después se emitieron cinco órdenes de captura. La Fiscalía capturó al constructor, Wilfran Quiroz Ruiz, su hijo Luis David Quiroz Camero, y al maestro de obra, Luis Alfredo Agresor Torres.

Los otros dos, el inspector de policía de la Comuna 12, Alfonso Ramos De León, y el exdirector de la oficina de Control Urbano del Distrito, Olimpo Vergara, se entregaron un tiempo después. Ambos obtuvieron detención domiciliaria, mientras que a los otros tres los aseguraron en la Cárcel de Ternera.

La investigación continúa y posiblemente haya más capturas.

Que se sepa que de cada ocho varillas necesarias solo ponían tres; que había una valla falsa a la vista de todos; que se construía un sexto piso en una zona donde no deben pasar de cuatro, y muchas irregularidades más, obliga a pedir justicia para este caso y vigilancia a todas las demás construcciones.

Después de la tragedia en Blas de Lezo, la Oficina de Control Urbano visitó 165 obras en 52 barrios, incluidos los corregimientos de Manzanillo del Mar y La Boquilla. Que el 74% no tuvieran licencias de construcción muestra, como publicó el periodista Gabriel García en nuestra edición dominical, “la falta del cumplimiento de sus funciones de las entidades responsables, pues ningún proyecto puede arrancar sus trabajos sin expedir una licencia de construcción”.

Se le suma a lo anterior el quevarios de los proyectos que tenían licencias legales, violaban el POT, es decir, tienen construidos más pisos de los permitidos, como pasó en Blas de Lezo. Además de las obras revisadas, 142  tampoco tenían un plan de manejo ambiental.  

Aún faltan muchas construcciones más por inspeccionar, algunas deben ser selladas pero se siguen levantando ante la falta de control, y si no se actúa con contundencia, puede ocurrir lo mismo o algo peor que hace dos meses.

 

 

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