Antier la Fundación Mamonal emitió un comunicado firmado por su directora, Vivian Eljaiek, cuyo encabezamiento decía: “Desde hoy, agentes y reguladores de tránsito en el corredor de carga”, acción promovida por el Comité de Movilidad de la Andi (DATT, Valorización, Edurbe, Concesión Vial, Planeación, empresarios y otras instituciones) y que resultó en “la firma del convenio que garantizará la presencia de los agentes en el sector (tres de ellos)” y también habrá 18 reguladores, todos permanentes, según Fundación Mamonal. Esta es una gran noticia.
Aunque habla de las distintas anomalías cometidas en el Corredor de Carga que traban la movilidad, especialmente las mulas parqueadas en la vía, usándola como sitio de maniobras para entrar a sus respectivos parqueaderos, además de los desmanes de motos, taxis y demás vehículos infractores, públicos y particulares, el documento va acompañado de fotos de funcionarios del DATT con cámaras láser para medir la velocidad de los vehículos.
Sin duda la velocidad puede ser uno de los problemas del Corredor de Carga, dado que los conductores se exasperan con la inmovilidad y desorden, y apenas hay un espacio tratan de recuperar el tiempo perdido con maniobras atrevidas, pero andar rápido no es la peor infracción, aunque sí es la más fácil de enfrentar para los agentes del DATT. Basta una fotomulta que llegará por correo al responsable, y santo remedio.
Siempre es fácil criticar y sugerir cómo mejorar cualquier cosa en el papel, pero es obvio que tres agentes y 18 reguladores no bastarán, solos, para enfrentársele a ciertos infractores. Falta allí al menos un par de agentes de la Policía Nacional para que haya más respeto por el personal, y para que puedan ocuparse de los conductores de vehículos pesados que ocupan la vía sin ninguna vergüenza porque ya lo consideran ellos y los dueños de los parqueaderos como un derecho adquirido, casi como la confianza legítima de los vendedores ambulantes y estacionarios.
La contraparte indispensable de este personal del DATT y de la Policía funcionando en la calle debería ser un grupo de tarea del Distrito con buenos abogados para meter en cintura a los dueños de los parqueaderos, que no solo bloquean la vía con sus operaciones a la hora que les dé la gana, sino que no pavimentan sus propiedades y enlodan la vía de manera grotesca los vehículos que salen de estos sitios. No ha habido una sola administración distrital que se le mida a esa tarea, que es la verdadera esencia del problema. Exprimen los espacios de sus parqueaderos a costillas del espacio público y de sus usuarios, y además, hay que pagar por usar el Corredor enfangado, peligroso y dañino para los vehículos.
Hay tareas pendientes, como impedir que las motos se salten el separador; evitar que haya vehículos de tracción animal y que además anden en contravía; que las motos se orillen e interrumpan un carril; que haya vehículos aparcados en la vía mientras el conductor almuerza; entre otras conductas inaceptables en una arteria como esa.
Los agentes del DATT allí son un gran comienzo para recuperar el orden del Corredor de Carga.
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