La zona comercial alrededor de la bomba El Amparo creció mucho en los últimos años. Además de los hoteles erigidos en el sector y negocios comerciales de toda clase, pululan los burdeles y clubes nocturnos que hoy son noticia por la continuación de la operación Vesta.
En agosto de 2013, el docente Álvaro Quintana Salcedo escribió una columna para este diario, en la que explicaba los problemas de la zona:“Desconozco en qué momento comenzó a llamarse ‘El Amparo’. Sin embargo, surge la inquietud, ¿al amparo de quién? Me atrevería a decir que después de Bazurto, es la segunda zona de mayor caos urbano y, paradójicamente, se ha convertido en uno de los espacios públicos ‘sin amparo’ de nada ni de nadie”.
Cinco años después, podemos citar literalmente a Quintana Salcedo porque las quejas son las mismas. El caos vehicular, pese a la implementación de Transcaribe por la Avenida Pedro de Heredia, sigue. Los buses y busetas del transporte convencional se amontonan sin control, a esperar pasajeros que se confunden entre los limpiadores de vidrios y vendedores del comercio informal, que cada día son más y que están en cada semáforo.
Crecieron las quejas de las comunidades cercanas, como por ejemplo las del barrio San Pedro y El Rubí, al ver que la inseguridad se tomaba la zona, especialmente en las noches.
En agosto de 2014, mataron a balazos a una prostituta de 33 años, quien también fue acusada de robarles a los clientes.
No solo protestaban porque varias mujeres se apostaban cerca de la zona residencial a prostituirse, sino que era evidente el consumo y tráfico de drogas.
En mayo de 2015, las autoridades desmantelaron la banda ‘los del Amparo’, quienes traficaban los estupefacientes en pequeñas dosis, con los cuidadores de carros, vendedores informales y estacionarios, para evitar los controles policiales, y no ser judicializados. Hasta en un caño de la Transversal 54 escondían la droga.
Y este fin de semana, se conoció uno de los operativos más grandes hechos en ese sector. La Fiscalía, la Armada, Migración Colombia y la Policía, rescataron de tres prostíbulos a 49 mujeres que, al parecer, eran esclavizadas sexualmente. Entre ellas había 23 venezolanas que supuestamente fueron engañadas, y a las que les habrían retenido sus documentos “para constreñirlas y lograr que siguieran ejerciendo la comercialización sexual”.
Sorprende también la conexión de dos de los burdeles, que según el fiscal delegado, Mario Gómez, tenían “pasillos secretos mediante los cuales lograban subir y bajar a las mujeres de las actividades de fiesta y luego de orden sexual, que ejercían de manera abusiva. Muchas veces tuvieron control de sus movimientos. Les entregaban pasaportes y cédulas a los proxenetas. Eran obligadas a prestar servicios sexuales a extranjeros. Eran obligadas a vivir en sótanos, el mismo donde laboraban, entre comillas”.
Así como celebramos los operativos iniciales en la Torre del Reloj, en la casa Benjamín, entre otros, lo hacemos con cada esfuerzo hecho para que el sector de la bomba El Amparo tenga tranquilidad y se blinde contra la delincuencia.
“Les entregaban pasaportes y cédulas a los proxenetas. Eran obligadas a prestar servicios sexuales a extranjeros. Eran obligadas a vivir en sótanos (...)”
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