Columna


Un reconfortante balance

AURELIO MARTÍNEZ CANABAL

24 de febrero de 2010 12:00 AM

AURELIO MARTÍNEZ CANABAL

24 de febrero de 2010 12:00 AM

Cincuenta años marcan un hito en la existencia de un certamen. En la vida humana registran vivencias y recuerdos perdurables. Al llegar a las Bodas de Oro del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, son incontables las reflexiones y sentimientos que para mí cobran vida, como afortunado partícipe de los comienzos del evento. Se me entremezclan consideraciones gratas y nostálgicas reminiscencias. La película cobra vida, remontándome al día en que Víctor Nieto me visitó en la Secretaría de Educación Pública de Bolívar. Traía un ejemplar de “LIFE en Español”, cuyas páginas centrales exhibían una excelente fotografía del Festival de Cine de Punta del Este (Uruguay). Mi amigo visitante me planteó la posible realización en Cartagena de Indias de una muestra similar, con el doble propósito de difundir cultura y disponer de un vehículo de promoción turística. Y me solicitaba el apoyo de la Gobernación del Departamento. Vendedor nato como siempre fue, especialmente cuando se trataba de trabajar en favor del terruño, no le tomó mucho tiempo contagiarme de su entusiasmo. “¿Cómo se organiza algo de esta naturaleza?”, fue la pregunta que le hice. “No tengo ni idea. Pero ya lo averiguaremos”, me respondió Nieto. Así pusimos en marcha la formidable aventura cívica. Logramos el respaldo de Arnulfo de la Espriella, Alcalde Mayor de la ciudad, y de personajes como José Barbieri, concesionario del Casino local, y Joaquín Franco Burgos, Representante a la Cámara, así como de un grupo de amigos cercanos, que se vincularon al proyecto y a la naciente corporación de derecho privado, que aseguraba la continuidad de la tarea emprendida. Recuerdo con cierta melancolía, al grupo de amigos que trabajó con inmenso compromiso y fervor. Del elenco formaron parte, y seguramente incurro en involuntarias omisiones, Fernando Díaz Gómez, Evelia Porto de Mejía, Oscar H. García, Blanca Becerra de Román, Vittorio Mainero, Carlos H Pareja y Gerardo Núñez. Barberi hizo posible la venida de Gualberto Fernández, quien laboraba en el evento cinematográfico uruguayo, constituyéndose en excelente puntal de trabajo. Incontables son las anécdotas que podría relatar, de mis primeros años de participación en el Festival. En esta fecha deseo fundamentalmente destacar la ingente tarea que llevó a cabo, durante casi medio siglo, Víctor Nieto. Soñador por naturaleza, hacía suyas las mejores causas de su amada Cartagena de Indias. La inmensa satisfacción que me produce la efemérides que ahora celebramos, va entrañablemente unida a la remembranza de Nieto Núñez, a quien rindo mi emocionado homenaje de admiración y gratitud. Convencido siempre de la conveniencia de convertir a Cartagena de Indias en un destino turístico cultural, considero que el Festival Internacional de Cine, así como las temporadas que realizara Pro Arte Musical, sentaron una pauta que, desde años recientes, han venido complementado el Festival Internacional de Música y el Hay Festival. La excelencia de estos encuentros con la cultura habrá de complementarse con otras manifestaciones similares, especialmente en el terreno de las artes plásticas y escénicas. De esta forma se conquistarán corrientes turísticas, que aporten al progreso cartagenero. *Abogado Consultor en Minas e Hidrocarburos. marcan2@etb.net.co

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