Columna


Un nuevo Fondo (II)

JORGE ENRIQUE RUMIÉ

20 de noviembre de 2009 12:00 AM

JORGE RUMIÉ

20 de noviembre de 2009 12:00 AM

Proponía en mi columna anterior la necesidad de crear un “Fondo Nacional para la Racionalidad Económica Regional”, el cual serviría, como política de Estado, para invertir en la infraestructura de las costas colombianas (vías, servicios públicos, comunicaciones), de tal manera que los sectores productivos vinculados al comercio internacional puedan relocalizarse en tierras más competitivas y cercanas a los puertos marítimos. Adicional a lo anterior, al promover dicha iniciativa, el país ganaría igualmente al propiciar un mayor equilibrio del desarrollo económico regional, el mismo que vienen pidiendo a gritos los pobladores de unas tierras que durante más de 100 años han esperado pacientemente su momento histórico para obtenerlo. Por su importancia, hoy quiero relacionar las bases conceptuales de mi propuesta: 1) Primero, parto del hecho de que, con algunas excepciones, los países ricos tienen una participación elevada del comercio exterior como porcentaje del PIB. Mientras en los pobres, como Colombia, es lo contrario. El modelo de desarrollo cerrado, o vía demanda interna, resultó ineficiente y no generó la fuerza suficiente para disminuir la pobreza. 2) Teniendo en cuenta lo anterior, en un mundo globalizado, el comercio internacional será uno de los motores determinantes para impulsar el progreso de las naciones. De ahí que todo lo relacionado con su eficiencia será de una importancia estratégica para salir del subdesarrollo. 3) El 95% del comercio exterior del mundo se mueve marítimamente, siendo el terrestre el medio de transporte más ineficiente. En consecuencia, los países del orbe que han manejado una racionalidad en su desarrollo geográfico, lo hicieron desde el mar hacia el interior. Colombia, irracionalmente, fue lo contrario: del interior hacia las costas. Entonces, cualquiera se preguntaría: ¿cuánto dejamos de exportar por nuestra incompetencia territorial? ¿Cuánto desperdiciamos en fletes terrestres? ¿Cuánto gastamos en infraestructura para sostener dicha distorsión económica? 4) Lo recomendable sería hacerle al país un estudio tipo “Tiempos y Movimientos”, como en las empresas, para calcularle los valores públicos y privados de dicha distorsión. 5) ¿El resultado? Encontraremos que la nación tiene los costos logísticos más altos del continente (aproximadamente el 18,6% de sus ventas, producto de los altos fletes terrestres desde las montañas hacía el mar), superando solamente a Bolivia, que no tiene litoral. 6) ¿Qué sectores productivos son sensibles a los costos de transporte y requieren una relocalización geográfica? Bueno, prioritariamente, los negocios del plástico, química básica, metalmecánica, automotor, algunos alimentos, agroindustria exportadora, textil, en fin, son varios. ¿Y qué sectores “no” son sensibles a los costos logísticos y que pueden permanecer donde están? Por ejemplo, la industria del software, los servicios varios, las comunicaciones, la cosmética, la farmacéutica, entre otras. Ahí dejo mi propuesta “para que atraque en el muelle de la sensatez gubernamental” y para que se estudiada en detalle por el CEER, el Observatorio del Caribe y las universidades regionales. *M.A. Economía, Empresario. jorgerumie@gmail.com

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