Los impuestos son un tema candente en las campañas presidenciales. A veces las deciden, como cuando Bush padre ganó las de 1988, prometiendo que no los aumentaría, o como cuando él mismo perdió las de 1992, porque los electores le cobraron no cumplir esa promesa. A los votantes les gusta oír de los candidatos que no subirán los impuestos, pero también, que habrá más vivienda, educación, salud, carreteras, etc. Pero si el Estado no consigue más ingresos, es imposible cumplir las promesas, máxime en Colombia, donde ya el déficit fiscal es del 4,5% del PIB. El consenso de la mayoría de los economistas nacionales y extranjeros es que Colombia necesita una Reforma Tributaria estructural, que simplifique el régimen, lo haga más equitativo y aumente el recaudo. Fedesarrollo estima que para controlar el déficit fiscal, sin un crecimiento explosivo de la deuda pública, la reforma debe aumentar el recaudo tributario en 1,5% del PIB, es decir, unos 7 billones de pesos anuales. Frente a esta realidad interesa analizar las distintas posturas de los candidatos en uno de los últimos debates televisados, no sólo para saber su visión de la economía, sino la credibilidad de sus propuestas. Pardo, Petro y Mockus fueron muy sinceros: subirían los impuestos para tener más recursos para desarrollar sus programas de gobierno y poder ofrecer a todos los colombianos los derechos económicos y sociales que les garantiza la Constitución del 91. Mockus no precisó cómo subiría los impuestos, pero sí dijo que los usaría para financiar la seguridad democrática; Pardo y Petro coincidieron en el impuesto a la tierra improductiva y la eliminación de las exenciones tributarias, pero Pardo fue más allá y planteó hacer la estructura de la tributación más progresiva y al mismo tiempo aumentar el recaudo tributario. Propuso subir los impuestos a los accionistas a la vez que se reducen los de las empresas, o bajar el impuesto de la gasolina. Santos, por el contrario, propuso no hacer reformas tributarias ni aumentar el IVA, y continuar con los subsidios y regalos tributarios del Gobierno a las grandes empresas. No le preocupa la inequidad del régimen y afirmó no creer que el sistema tributario se deba usar para reducir las desigualdades sociales. Como sabe que necesita más recursos, planteó que el crecimiento económico bastará para aumentar el recaudo tributario. Santos conoce de economía y tiene muy buenos asesores que saben que sí se necesita la reforma estructural, y lo dijeron antes de entrar a su campaña; también saben que el crecimiento económico no basta para reducir el déficit fiscal, y saben que es necesario acabar con las gabelas tributarias, porque no generan empleo y son inequitativas. Pero a pesar de saber todo esto, y de haber subido el IVA en medio de la recesión cuando fue Ministro de Hacienda, Santos promete lo contrario, como lo hizo Bush. Es muy probable que este cambio no obedezca a una nueva teoría económica, sino a la recomendación del asesor venezolano, de mostrarse como la gallina que cuidará los tres huevitos del Presidente, incluyendo la “confianza inversionista”. Así logra que el mismo Presidente, interviniendo descaradamente en política, critique y ridiculice las propuestas de los otros candidatos. Y el Procurador ahí. macabrera99@hotmail.com
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