Columna


Honduras y los vecinos de Colombia

RICARDO VÉLEZ PAREJA

03 de agosto de 2009 12:00 AM

RICARDO VÉLEZ PAREJA

03 de agosto de 2009 12:00 AM

Es tal la dinámica de la historia de América Latina que siento la obligación de opinar sobre el golpe de estado que dieron los militares al presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, al sacarlo a la fuerza de su casa cuando dormía plácidamente y lo enviaron al exilio para que asumiera el presidente del Congreso, Roberto Micheletti. Eso es inaceptable y antidemocrático. Condeno ese golpe y es un mal precedente que no debe repetirse en ningún país democrático. Zelaya es un terrateniente de la oligarquía rural, que fue elegido por el Partido Liberal de centro derecha con un programa de inversión extranjera, libertad de empresa y defensor de la seguridad ciudadana contra la delincuencia. Sin embargo, por la influencia ideológica de los petrodólares del líder de la Revolución Bolivariana del Socialismo Siglo XXI que pregonan los presidentes de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, Zelaya acogió esas ideas y su país entró en el club del antiimperialismo y del nuevo socialismo, en busca de una reelección. Las Farc han acogido esa ideología dentro de la combinación de las formas de lucha que adelantan y por eso tenían el campamento en pleno territorio ecuatoriano desde hacía años. Después que Colombia lo destruyó, acabó con Raúl Reyes, las relaciones se rompieron, aparece el video del Mono Jojoy declarando que las Farc financiaron la campaña del presidente de Ecuador y de inmediato éste se desbordó con discursos y medidas anticolombianas agudizando la crisis con ese país. Ahora Colombia, en ejercicio de su soberanía, celebra convenios con Estados Unidos para un mejor apoyo a sus Fuerzas Armadas en la lucha contra los terroristas y narcotraficantes que hoy se confunden. No son bases militares de USA, son bases militares colombianas que van a recibir más ayuda en inteligencia militar y armamentos del país del norte. La fuerza actuante es el ejército y la policía colombiana, de modo que esos argumentos de los vecinos no tienen asidero en la realidad objetiva. Mi opinión es respetar a los gobiernos de los países vecinos, pero no aceptar que intervengan en nuestros asuntos internos con la falacia ideológica del socialismo siglo XXI que trata de sembrar odios y crear guerras para distraer a sus pueblos ante la pobreza que viven y la corruptela de sus gobernantes. Por Dios, qué falta de visión. Yo fui líder estudiantil en la Universidad, estudié el marxismo, creí durante años en la sociedad modelo socialista, pero comencé a decepcionarme cuando hice mi primer viaje a Cuba hace 30 años. Repetí una docena de viajes a ese país que amo por encima de las diferencias que tengo en el manejo de la revolución y durante esos viajes cayó el muro de Berlín y se desmoronaron 70 años del socialismo europeo. De modo que lo de Honduras preocupa, pero más preocupa el futuro de esas naciones copiando un modelo fracasado por negar libertades humanas y concentrar prolongadamente el poder en los presidentes. *Abogado, escritor, profesor U de C. rivelpa@yahoo.com

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