Hoy cuando la economía mundial intensifica los procesos de globalización comercial y financiera, es cada vez más frecuente escuchar en el ámbito empresarial que las empresas necesitan optimizar sus procesos y mejorar sus indicadores de productividad y competitividad para mantenerse en el mercado nacional e internacional. Ante esa realidad, los empresarios necesitan respuestas a los siguientes interrogantes: ¿cómo deben reaccionar las empresas ante las exigencias de mercados competitivos?; ¿cuáles han sido las acciones de los gobiernos nacionales y locales para contribuir a la sostenibilidad de las organizaciones empresariales? Adicionalmente, las economías en desarrollo fomentan su crecimiento económico a través de medidas que impulsan el aumento de sus exportaciones, como base para sostener el crecimiento y generar nuevas fuentes de empleo. Tanto es así, que la estrategia de ampliación de mercados en el exterior se ha convertido en el eje común en las agendas de los gobiernos para muchos países latinoamericanos. Los empresarios enfrentan varios retos en la búsqueda de nuevos mercados. Por una parte, deben invertir nuevo capital e incorporar desarrollos tecnológicos en sus plantas. Como también, optimizar y reducir sus costos productivos para enfrentar con éxito el mercado nacional e intentar penetrar mercados del exterior. A su vez, deben conocer las condiciones y requerimientos de compra de los clientes en el exterior, así como los estímulos y beneficios que ofrece el Gobierno nacional para apoyar esas iniciativas. Los datos macroeconómicos revelados por el Fondo Monetario Internacional muestran que Colombia depende significativamente del comportamiento de la demanda interna. Las exportaciones colombianas como porcentaje del PIB representaron 17,1% en 2006, ligeramente superior a Brasil (12,7%), pero ampliamente superado por países como: Costa Rica (66,5%), Chile (41,8%), Venezuela (34,9%), Ecuador (30,7%) y Argentina (21,4%). Esos resultados sugieren un desempeño pobre del modelo exportador colombiano en los últimos treinta años, sobre todo al considerar los datos que muestran que para 1970 las exportaciones representaban el 12,7% del PIB y para 1990 ya habían alcanzado 17,9%, lo cual se ha mantenido prácticamente invariable en las últimas dos décadas. Para poder incrementar las exportaciones y convertirlas en motor del crecimiento de nuestra economía, se requiere aunar esfuerzos públicos y privados no solo para el fomento de nuevos proyectos productivos, sino también para impulsar proyectos científicos y tecnológicos generadores de conocimiento, con el fin de incidir en la productividad y mejorar las condiciones de competitividad de las empresas. En síntesis, la aspiración de crecimiento elevado y sostenido de la economía, exige de las empresas y el Gobierno el diseño de estrategias en las cuales se haga énfasis en la generación de conocimiento y su aplicación para beneficio de las empresas. Así, el conocimiento se convertiría en una llave para abrir nuevos espacios e impulsar cambios estructurales en la visión de crecimiento y desarrollo para la región. *Docente UTB warellan@unitecnologica.edu.co
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