Columna


Derecho de elegir y ser elegido

HERIBERTO PUERTA LEÓN

26 de febrero de 2010 12:00 AM

HERIBERTO PUERTA LEÓN

26 de febrero de 2010 12:00 AM

Las elecciones parlamentarias muestran un abanico de candidatos y partidos, en las mismas condiciones del pasado, sin una renovación en las costumbres “políticas”. Si bien aparecen nombres nuevos, la estructura de sus organizaciones políticas es la misma que se apresta a celebrar el bicentenario de la Independencia, detentando el poder en favor de las clases privilegiadas. La ideología partidaria y el compromiso con el bienestar de los colombianos han sido desplazados por el voraz apetito de las maquinarias electorales, para echar mano del erario y enriquecerse a toda costa. Las organizaciones criminales y mafiosas lograron capturar el Estado. Los procesos penales de la parapolítica, dejaron claro cómo se aplicó la “Refundación del Estado”, a partir del pacto de Santa Fe Ralito, con la designación de congresistas y representantes locales en cargos de la administración pública, gracias al proselitismo armado, amenazas y componendas para repartir contratos. Los barones electorales fueron remplazados por otros de peor calaña. Los “señores” y “padrinos” financian campañas con recursos ilícitos, bajo la omerta (Ley del Silencio) y cobran con la vida el incumplimiento. Así se eligen títeres, movidos por los dueños del poder tras bambalinas. La misma fórmula electoral del 2002 y 2006, está vigente. Se denunció que hay 407 municipios en riesgo de fraude electoral y que a 64 candidatos al Congreso, se les anularía su inscripción, entre otras causas, por tener vigente la suspensión de derechos y funciones públicas en virtud de sentencias judiciales. Es decir, tienen antecedentes penales. Hay campañas con excesivos gastos en publicidad, los dineros ilícitos son protuberantes y el alto gobierno manipula los subsidios de Acción Social en sectores marginados que serán obligados a votar por el Establecimiento. El delito, cinismo, avaricia, falta de vergüenza, configuran el perfil de los oscuros personajes que aspiran al título de “Padres de la Patria” El pueblo cartagenero debe concientizarse de la importancia y trascendencia del derecho al voto, de elegir y ser elegido. Un voto significa decidir por los destinos de nuestra nación, la economía, educación, salud y vivienda, entre otras necesidades básicas de los 44 millones de colombianos y especialmente de ese 60% que vivimos entre la pobreza y la indigencia. Un voto no puede ser negociado por una teja de asbestos, un bulto de cemento, un abanico, una mísera suma de dinero, una cita médica, una botella de ron, o una promesa siempre incumplida de un empleo. Llamamos a la ciudadanía a aprovechar este espacio que la incipiente democracia colombiana nos ofrece, para elegir nuestros representantes al Congreso, distinguiendo entre los aspirantes a aquellos líderes cívicos, políticos y sociales probados en la lucha, que han denunciado la corrupción del alto gobierno, entrega de nuestra soberanía y la violencia contra la oposición de las organizaciones populares. La academia, el magisterio, los gremios, los sindicatos, las comunidades, han propuesto los nombres de hombres y mujeres con este perfil, dispuestos a lograr una curul para enarbolar las banderas reivindicativas del pueblo y para que la democracia, sea real, para el pueblo, por el pueblo y con el pueblo. Por ellos debemos votar. *CUT BOLÍVAR cutbolivar@gmail.com

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