Columna


Chessman y “el loco Arturo”

RODOLFO DE LA VEGA

22 de mayo de 2010 12:00 AM

RODOLFO DE LA VEGA

22 de mayo de 2010 12:00 AM

Recientemente apareció en esta misma columna un artículo que titulé “La Ley Arizona”, en el que enfoqué circunstancias muy especiales en la aplicación de la ley, dentro de la organización federal de los Estados Unidos. Me ocupé de cómo en algunos estados sigue vigente la pena de muerte o pena capital, en tanto que en otros, ya fue abolida. Dentro de la diversidad legal en los estados de la Unión, llama la atención la tolerancia o permisividad existente en el estado de Nevada en cuanto al establecimiento de casinos y casas de juego, lo que es prohibido en otros estados. Algo más, no sólo se tolera el juego, sino que se le estimula como medio efectivo para atraer turistas. Famosísimos son los casinos y grandes hoteles de lujo de Las Vegas, la ciudad más importante de Nevada. Con relación a la pena de muerte, leí en la columna de El Tiempo “Hace 50 años”, lo siguiente: “Ejecutado, con gases letales, ‘Linterna Roja’. Caryl Chessman, el célebre bandido de la Linterna Roja, fue ejecutado en la cámara de gas de la prisión de San Quintín (California), después de 12 años y 5 meses de dramática lucha contra la muerte. “Chessman jamás mató a nadie, pero fue condenado por secuestro, robo y perversión sexual, aunque hasta el último momento negó su participación en los hechos de los cuales era acusado. El caso de Chessman generó el apoyo de la ciudadanía, que, convencida de su inocencia, exigía justicia”. Efectivamente, a Chessman nunca se le acusó de homicidio. Según las versiones de entonces, él tenía un automóvil al que le ponía encima una linterna roja, para simular ser un carro policial. Incursionaba por las noches por sectores apartados de la ciudad, a donde iban las parejas de enamorados a hacer sus “picardías”. Cuando topaba con alguna pareja encendía el bombillo rojo y, en ocasiones, el hombre huía y dejaba a la mujer a merced del bandido, que abusaba sexualmente de ella. Esa actividad delictiva la realizó varias veces. Las víctimas callaban por vergüenza. A una de las víctimas la violación le causó desórdenes emocionales, por lo que los familiares la llevaron a un siquiatra que aclaró lo ocurrido. Puesto el caso en manos de la Justicia, otras mujeres se atrevieron a denunciar lo que a ellas había ocurrido. Chessman peleó “como gato boca arriba” su inocencia. Pero finalmente, el 1° de mayo de 1960 fue ejecutado en la cámara de gas. Cuando el candidato presidencial Robert Kennedy fue asesinado en Los Ángeles (California) en 1968, su homicida, el fanático Sirhan Bishara Sirhan, después de un juicio de 4 meses, fue condenado y sentenciado a muerte. La sentencia fue conmutada a cadena perpetua en 1972, porque la Corte Suprema de California declaró inconstitucional la pena de muerte. En Cartagena hubo un personaje callejero muy famoso por sus vulgaridades, a quien llamaban “El Loco Arturo”. A él, el populacho le endilgaba como apodo, el nombre del personaje de moda. Cuando el caso Chessman cautivó a la prensa, la radio y la TV del mundo entero, al Loco Arturo le gritaban: ¡Chessman! ¡Chessman!- Arturo respondía con una serie de improperios y, finalmente, exhibía sus órganos púdicos y decía: Aquí tienen el foco rojo. *Asesor Portuario fhurtado@sprc.com.co

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