Columna


Candidatos y desempleo

MAURICIO CABRERA GALVIS

02 de mayo de 2010 12:00 AM

MAURICIO CABRERA GALVIS

02 de mayo de 2010 12:00 AM

En los sondeos de opinión siempre aparece el desempleo como lo que más preocupa a la gente, y los análisis técnicos coinciden en que es el problema peor de la economía colombiana, y uno de los obstáculos principales para crecer. Este consenso perceptivo contrasta con las grandes diferencias en el diagnóstico de sus causas y cómo resolverlo. En la visión tecnocrática neoconservadora, el desempleo es sólo un problema de precios: las alzas exageradas del salario mínimo y los sobrecostos laborales (parafiscales) elevaron el precio de la mercancía (mediante el salario) y por lo tanto disminuye la demanda, y los empresarios contratan menos trabajadores. La solución propuesta es bajar los salarios y acabar con los parafiscales, para aumentar el empleo. Esta visión inspiró la reforma laboral de Uribe en el 2002, para reducir los ingresos de los trabajadores y estimular la creación de empleo. La reforma tuvo mucho éxito en perjudicar a los trabajadores, y contribuyó a que las rentas del trabajo perdieran cinco puntos de participación en el ingreso nacional, pero fracasó para reducir el desempleo. A pesar del fracaso, los asesores económicos de los partidos que se proclaman herederos y continuadores de las políticas de Uribe (el Conservador y la U) insisten en repetir la receta. El exministro Carrasquilla atribuye la poca creación de empleo formal a una “burguesía asalariada” que “ha construido un miniestado del bienestar en Colombia(…;) con seguro gratuito de salud; un esquema de cobertura contra riesgos en sus obligaciones hipotecarias, salario mínimo excluyente”, etc. Vale la pena recordar que más del 83% de esa burguesía asalariada que tanto molesta a Carrasquilla, sobrevive con menos de 1 millón de pesos al mes. La visión más elaborada está en el documento “Hacía un mercado laboral más incluyente”, de Fedesarrollo, usado como material para los debates promovidos entre los candidatos presidenciales. Sus propuestas son: primero, eliminar los parafiscales (aportes al Sena, el ICBF y las Cajas de Compensación) para todos los trabajadores que ganen menos de 2 salarios mínimos; segundo, disminuir el salario mínimo para los jóvenes menores de 24 años; tercera, disminuir el salario mínimo de los campesinos; cuarta, limitar los aumentos futuros del salario mínimo a la inflación del año anterior; y la última, quitar parte de las exenciones al capital. En contra de los argumentos de la reforma laboral regresiva del 2002, el propio Gobierno rechazó estas propuestas. Reconoce, como lo hizo el Director de Planeación, que la eliminación de los parafiscales no disminuye el desempleo. También los candidatos uribistas rechazaron el desmonte de los parafiscales y la reducción del salario mínimo, pero no se sabe si por convicción o por conveniencias de campaña. Que Santos rechace en público estas propuestas, pero que lo asesoren los economistas que las hicieron, tiene la misma coherencia que proponer a Angelino Garzón como el continuador de la política de seguridad democrática. * * * ADENDA: Hablando de coherencias, ¿qué tal la del Gobierno? Subió la gasolina cuando el petróleo estaba por debajo de 50 dólares el barril, pero no la subirá en mayo, a pesar de que el barril superó los 85 dólares. Tácticas de campaña electoral ante el pánico por el avance arrollador de Mockus.

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