Columna


Asinus asinum fricat

GREGORIO VÁSQUEZ PUERTA

31 de julio de 2009 12:00 AM

GREGORIO VÁSQUEZ PUERTA

31 de julio de 2009 12:00 AM

“Colombia, país de cafres”: Darío Echandía. Esta sentencia no ha perdido vigencia. Qué maravilloso sería cuando esta frase la tomemos como referencia diciendo, “cuando Colombia era un país de cafres”; cuándo será ese cuando, y ese cuando será, cuando vuelva a nosotros la capacidad de asombrarnos. En lo político social, el asombro no se da en nosotros. Son tantos los delincuentes y la contundencia de sus delitos que los de hoy aventajan con creces a los de ayer. Así ha sido por más de 60 años, y es axiomático afirmar que los delincuentes de mañana superarán a los de hoy. La corrupción hizo trizas nuestro tejido social, lo moralmente inaceptable es la moneda corriente, el DO UT DES oportunista se impone; la moral como pueblo está por los suelos y se refleja en simples expresiones. Si alguien roba, estafa, engaña o traiciona y obtiene “pingues dividendos” se dice: ese tipo sí es inteligente; si asesinan a alguien, se dice que por algo lo mataron; si un ciudadano, funcionario o empleado cumple con su deber, salta la suspicacia, “algo está buscando”, para aprovecharse. No nos asombra que un presidente apoye delincuentes, que rife la institucionalidad para buscar el apoyo que le dé continuidad a sus privilegios personales y familiares; que congresistas legislen al son de las prebendas, beneficiando a las mismas roscas de siempre, legalizando sus atropellos; no nos asombran jueces y magistrados que inclinen la balanza y mancillen la majestad de la justicia en el oprobioso juego de DO UT DES; que las armas de la República y los hombres que las detentan actúen igual o peor que los delincuentes (falsos positivos) a quienes deben perseguir y combatir a la luz de nuestra institucionalidad. No nos asombra que a los victimarios se les premie con embajadas, consulados y cargos altos en el Gobierno y a las víctimas se les persiga, se les reprima y hasta se le asesine; que a los delincuentes se les dé casa y/o clínicas por cárcel, y a plena luz del día y ante la vista de todos siguen corrompiendo la política y haciendo elegir mediante dineros sucios y putrefactos a sus testaferros, que luego ponen al erario a disposición de su bula devastadora. Hasta ahora, la Sala Penal de la Honorable CSJ y la valentía y coraje de algunos periodistas, patrióticamente vienen luchando a capa y espada contra delincuentes y malandrines; unos juzgando y condenando a los malhechores y los otros poniendo al descubierto sus nefastas y terroríficas fechorías, ardua tarea que el pueblo debe reconocerles, aplaudirles, admirarles, y rodearlos y protegerlos ante la asechanza de tantos cafres, súcubos e íncubos. Da tristeza y vergüenza ver cómo el Jefe del Gobierno postula para altos cargos a personajes que distan mucho de posiciones morales aceptables; porque es inconcebible tener a alguien como magistrado cuando está demandado por alimentos y comete violencia física contra su mujer, porque es inaceptable moralmente tener como cabeza del Ministerio Público a un personaje intolerante y dogmático. Sólo nos queda ver con resignación que de la terna enviada por el Presidente para escoger el Fiscal que orientará las investigaciones contra las fechorías de delincuentes, a la honorable CSJ no le queda otro camino que escoger a uno de la tripleta, porque así se lo indica la Ley. *CUT BOLÍVAR cutbolivar@gmail.com

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