Columna


¿Nueva Liga Costeña o Fondo de Compensación Regional?

AP

08 de octubre de 2009 12:00 AM

CRISTO GARCÍA TAPIA

08 de octubre de 2009 12:00 AM

Por estos días, jueves y viernes, un grupo de investigadores, intelectuales, políticos, gobernantes, empresarios, directores de periódicos y artistas, estarán debatiendo en Santa Marta, capital del departamento del Magdalena, acerca de las desigualdades e inequidades de la Región Caribe, a la vez que celebrando los 90 años de la Liga Costeña de 1919. Frente a las desigualdades e inequidades que se observan y que en el tiempo han sido apenas motivo de lamentos y una que otra voz disonante contra el modelo económico y político que privilegia a la región andina y específicamente el Triangulo de Oro, como han dado en llamar los estudiosos los territorios conformados por Cundinamarca, Bogotá, Antioquia y Valle del Cauca, se propone por parte de los costeños la creación de un Fondo de Compensación Regional (FCR), cuyo objetivo es una mayor participación en los presupuestos de la Nación, que den en nivelar las desigualdades vigentes. En 1919 cuanto procuraba la Liga Costeña era, mayormente, promover los intereses económicos y comerciales de una región, la Costa, conformada por los departamentos de Bolívar, Atlántico y Magdalena, aventajados en esas variables por el poder arrollador del centralismo excluyente que privilegiaba la inversión pública y el desarrollo y afianzamiento de un modelo económico, político y burocrático en su radio de acción, Triangulo de Oro, claramente diseñado y operado para desfavorecer el interés de la Costa Caribe de entonces, excluirla y reducirla en su capacidad de crecimiento, desarrollo y poder político. Hoy, al igual que hace 90 años, esas desigualdades, la exclusión y la participación política de la Costa en el destino de la Nación y en el Gobierno siguen teniendo el mismo o menor peso que entonces, como poca equitativa sigue siendo su participación en los presupuestos y recursos de origen público. Por tanto, cuanto persigue el FCR no es más que procurar los mecanismos de orden legal y técnico que apunten a la reducción de esas desigualdades en los niveles de bienestar de las regiones rezagadas de Colombia -no sólo de la Costa Caribe- mediante la focalización de inversiones que den en promover su crecimiento y crear condiciones para el desarrollo local y la consolidación de factores de producción capaces de jalonar su avance. No obstante la propuesta del FCR, cuanto hoy cabría como mecanismo efectivo de lucha por la reivindicación de la Región Caribe no sería algo distinto de una Nueva Liga Costeña, cuyo elemento cohesionador y dinamizador más importante vendría a ser el político. Más que las razones de orden comercial que primaron en la conformación de la Liga Costeña de 1919, la sal, el trigo, la navegabilidad por el río Magdalena, las concesiones petroleras, en estos tiempos de globalización son políticas las premisas de mayor peso en el rumbo del comercio y la economía. Y una Nueva Liga Costeña, el instrumento idóneo para proyectarlas y ejecutarlas. Lo demás, el FCR entre ellas, será consecuencia del pulso político firme de la Región Caribe. *Poeta, escritor y periodista elversionista@yahoo.es

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