Columna


"Y Alex, tan contento"

CARLOS VILLALBA BUSTILLO

26 de abril de 2015 12:00 AM

El columnista de opinión está obligado a analizar los actos de gobierno con sentido crítico y los gobernantes a no sorprenderse de que sus actuaciones sean objeto de reparos cuando se descarrilan. Si con escrutinio público y lupa de pesquisidores el mundo es una jacaranda, rendirnos al ejercicio arbitrario del poder constituiría entregar el saldo de escrúpulos que sobreviven a la descomposición generalizada de las sociedades en crisis.

Danilo Contreras denunció el pasado miércoles aquí, en El Universal, que una firma contratista del Distrito había plagiado un documento suyo como antiguo asesor del Despacho del alcalde sobre la promoción de un abasto que supliera a Bazurto. La firma copiona cobró $170 millones por pasar de un logo oficial a un membrete privado las recomendaciones del autor, y fue la misma que diligenció el empréstito de los $250.000 millones.

En Cartagena rueda desde hace meses la versión de que los nexos entre el gobierno distrital y el Grupo Char son inexpugnables, pues bajo el alero de éste desplegaron velas varios de los contratistas de las obras más cuantiosas y los estudios mejor remunerados, y la malicia criolla deduce que el conglomerado barranquillero sufragó los gastos de la campaña del alcalde. Son tan numerosas las preferencias contractuales y tan evidentes los mimos con determinados adjudicatarios, que la conclusión es obvia. Y Alex, tan contento.

Arriesgando afectos que me dolería lastimar, tengo que ser franco y riguroso porque los altos impuestos que pagamos no pueden tirarse a la marchanta sin que la ciudad sepa cómo y por qué hay gastos insólitos, como los de la gestión del empréstito y la cardonada con el texto de Contreras. Y Alex, tan contento.

Insisto en lo de la gestión del empréstito porque el alcalde, en sus dos campañas, nos machacó hasta la fatiga su condición de empresario, y resultaba extraño que un hombre de empresa, perito en la lidia de banqueros, hubiera olvidado como funcionario público lo que hacía como dirigente empresarial, al punto de valerse de un intermediario que le cobró por el mandado $2.500 millones más una comisión de éxito. Y Alex, tan contento.

   Esperé tres días la reacción del Distrito contra la denuncia de Contreras. No la hubo. Sus dómines labraron con su silencio otro triunfo del olvido. Claro, la memoria colectiva es frágil y huelga esperar una eternidad para que una noticia desplace a otra, menos si el burgomaestre las sirve en bocanadas que alientan la esperanza de los cartageneros y la ambición de las SPS. Y Alex, tan contento.

Alex, reelegido y para borrar sospechas, corresponderá en los ingenieros de Cartagena las atenciones de Dionisio con sus colegas de la Arenosa.

*Columnista


carvibus@yahoo.es

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