Columna


Volver, volver

FIDEL A. LEOTTAU BELEÑO

15 de agosto de 2018 12:00 AM

La famosa canción del mexicano Fernando Zenaido Maldonado Rivera, que titula a esta columna, parece ser el lema de los alcaldes repitentes de mi Villanueva, que han sido destituidos. Este segmento los retrata: Este amor apasionado / anda todo alborotado por volver / voy camino a la… Alcaldía. Así es, repiten, y tanto va el cántaro al agua que se rompe… pero en grietas morales.

El motivo: contravenir normas, quebrantar códigos, transgredir preceptos e infringir la ley, en pocas palabras, por infames delitos en contra del bienestar de sus gobernados, que se quedan con la vista gorda, los estómagos vacíos y las esperanzas extraviadas al ver que las promesas, fueron eso, sólo promesas.

Y como la ley ha sido benigna con los descabezados, salen risueños, con alto dejo de burlas en esa rutina normal, en donde lamentablemente ni un tatequieto de domiciliaria para el escarmiento de tantas jugarretas; unos pocos años de inhabilidad y se les ve orondos en sus falsos auges y dudosas vanidades.

Tú tenías mucha razón / le hago caso al corazón y me muero por volver. Claro, el corazón del bolsillo, para eso hay, y “a lo que vinimos”, como reza la coloquial frase, porque ahí está, diciendo presente en las atípicas de este 2 de septiembre, otro exalcalde, pidiendo vía, para “servirle” una vez más a sus coterráneos, ofreciendo lo divino y lo humano, progreso y soluciones.

¿Acaso este ciudadano no contribuyó a que los pobres de Villanueva no tengan un megacolegio? El pueblo se ilusionó hace 8 años con la llegada de unos recursos para edificarlo en terrenos a la salida hacia Arenal, y hasta el sol de hoy las obras sólo muestran cimientos hechos ruinas. Es eso, un megaelefante blanco, la burla más grande que se le ha hecho a los educandos de este municipio.

Este año, derrotados los estudiantes, se alzaron en ese predio una burda corraleja y cantinas a granel, una especie de mitigar las penas, producto de los engaños, de las martingalas y todo lo que vaya en contravía con la cultura, la misma que con sus buenos propósitos liberaría al pueblo de pandillas, prostitución, drogadicción, microtráfico, atracos, delincuentes y demás desmanes.

Hay canciones de contenido con las que se pueden hacer analogías, y esta de ‘Volver, volver’, también apunta hacia lo positivo de esos coterráneos ansiosos de oportunidades, de esa juventud soñadora, con deseos de superarse, que hay en mi Villanueva, por montones, que dicen: Y volver, volver, volver / a tus brazos otra vez / Llegaré hasta donde estés / Yo sé perder, yo sé perder / quiero volver, volver, volver.

El estudiante supo perder, ha esperado y añora volver, volver… a un megacolegio, a una digna educación. “Y aunque todo me tortura, sé querer”.

Fidel A. Leottau Beleño
fidelalejandro@claro.net.co
 

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