Columna


Vives el festival

JAIME BONET

06 de mayo de 2018 12:00 AM

Aunque el homenaje que hizo la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata a Carlos Vives generó polémica entre algunos amantes de este género musical, los resultados de la versión 51 del Festival son inmejorables. El carisma y la creatividad de Vives se sintieron en cada una de las actividades que concibió y en las cuales participó, dejando un legado que será difícil de superar en las próximas versiones. Este homenaje sirvió para verificar la evolución de la música vallenata y el enorme potencial que tiene Valledupar para consolidar una industria turística alrededor de este ritmo musical.

La música vallenata tuvo un origen popular y, como lo mostró Carlos Vives en su obra “La Ilíada Vallenata”, presentada en la inauguración del Festival, la introducción de instrumentos y la fusión con otros ritmos llevó a la evolución que convirtió al vallenato en el género musical más popular del país. A pesar de que fue la experiencia personal de Vives con el vallenato, creo que la obra es un excelente relato de lo que ha sido la historia de la transformación del ritmo musical.

La celebración del Festival de la Leyenda Vallenata es una gran oportunidad para la economía de Valledupar. Según un informe de la Cámara de Comercio de Valledupar, al festival vallenato de 2017 llegaron cerca de 148 mil personas y se movieron unos 300 mil millones pesos en los días de fiestas, cuantía que corresponde al 7% del valor agregado de la economía vallenata que estimó el DANE para 2015, último año disponible. Para ser una fiesta de poco menos de una semana, el impacto no es nada despreciable.

Sin embargo, gran parte de la actividad económica es informal. De acuerdo con el informe mencionado, solo el 13 % de los vendedores paga por permisos para ejercer la actividad, a pesar que muchas de las calles de Valledupar se convierten en mercados públicos donde hay de todo. Por ejemplo, la casa de la mamá del interprete y compositor Diomedes Díaz es de interés turístico y en sus alrededores se apostan un gran número de vendedores ambulantes que venden desde suvenires hasta lechona tolimense.

Valledupar debería explotar mejor el ser la “capital mundial de vallenato”. Convendría generar una oferta turística permanente y no solo en los días del festival. El Museo del Acordeón, creado por el compositor Beto Murgas en su residencia, es el tipo de cosas que se podrían ofrecer. Con una mayor investigación sobre el folklore vallenato se generarían más productos para ofrecer al visitante. Una política pública apoyando esta oferta sería fundamental para consolidar un movimiento económico en torno al vallenato en el Valle.

jbonetmo@banrep.gov.co

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS