Columna


Una planeación que pudo ser mejor

REBECA GONZÁLEZ DE LEÓN

22 de mayo de 2017 12:00 AM

De entrada hay que resaltar que las obras que adelanta la Concesión Costera en la Zona Norte de Cartagena de Indias son necesarias. Eso no tiene discusión. Lo que sí amerita debate es la planeación de las mismas.

Las personas que viven en el sector, que estudian en el sector, que transitan en el día a día para salir y entrar a la ciudad, se han visto afectadas por los trancones y el cuello de botella que ocasionan estancamientos vehiculares de casi dos horas (o más). ¿Cómo pensaron los que planearon ese proyecto en mitigar los impactos que hoy vemos en la ciudad? Niños y jóvenes que van a sus colegios padecen, ambulancias que transitan por el sector se ven en apuros. Se han visto personas que caminan la vía con maleta en mano rumbo al aeropuerto, desesperadas porque las va a dejar el avión y en carro no llegarán a tiempo, trabajadores que llegan tarde a sus oficinas y regresan tarde y estresados a sus casas.

El gobernador de Bolívar se pronunció y manifestó vía Twitter que haría un llamado para solucionar ese problema. El dirigente también dijo que solicitaría un plan de intervención en la zona de los trabajos para que en las horas pico no se afecte a la ciudadanía. Por su parte, las respuestas de la Concesión en su cuenta de Twitter a la ciudadanía que le escribe enojada, son: 1) “el método constructivo hace necesario el cierre de un carril para la rehabilitación del puente La Bocana”, 2) “El carril cerrado ya fue intervenido y no es posible habilitarlo hasta terminar los trabajos de rehabilitación de la carpeta asfáltica”, 3) “iniciamos una campaña para que los usuarios tomen vías alternas y el paso quede solo para residentes de la zona” y concluyen pidiéndole “paciencia” a la ciudadanía en las próximas semanas.

Vamos por partes: lo primero es que el método constructivo no puede ser pensado sin tener en cuenta las afectaciones a la ciudadanía, no están instalando un bombillo, están haciendo obras complejas en una carretera muy transitada, la Concesión ha hecho que cuatro carriles desemboquen en uno solo y que una sola vía sea de ida y regreso. ¿Era imposible pensar en un mecanismo de contingencia antes de crear semejante caos?, aparte, cuando dicen que no es posible habilitar el carril hasta que no se terminen los trabajos, surge la inquietud de si realmente incrementaron la mano de obra suficiente e implementaron más turnos de trabajo, para avanzar en las actividades críticas.

Por último, cuando mencionan que “iniciaron una campaña”, vale la pena preguntar ¿cuándo comenzaron esa campaña? ¿cuando vieron a la gente en sus vehículos y a las ambulancias colapsar en el sector? ¿Cuál es esa campaña? ¿Cómo ha sido su socialización con las comunidades y las autoridades? La campaña nadie la conoce, como tampoco se conoce el plan de manejo vehicular que debió estar contemplando desde la planeación del proyecto. Solo vemos a dos o tres obreros con unas paletas que por un lado dicen “Pare” y por otro “Siga”, moviéndolas como si fueran abanicos de mano. Hasta el viernes pasado no había un solo policía de tránsito en la zona y dudo que esos obreros tengan la capacidad para dirigir el tráfico tan pesado que transita por ahí. Respecto a lo de las “vías alternas”, lo dicen como si hubiera muchas. Solo queda la de Bayunca, la cual es bastante transitada por los que se dirigen a otros lugares de la ciudad.

De la Concesión afirman que los trabajos serán hasta finales de junio. Pero los que hemos trabajado en proyectos sabemos que si eso es lo programado, lo real quizá llegue a ser tres veces más, sumémosle a eso que se acerca la temporada de vacaciones de mitad de año y en esa época un número considerable de turistas circulan por la vía. Reitero el llamado al gobernador de Bolívar que se apropió del tema e invito a los gremios que tienen incidencia por su rol en ese sector, para que se cree una mesa que haga seguimiento, acompañe y vigile los trabajos de la Concesión Costera, se puede lograr un trabajo armónico, en equipo. Si bien a largo plazo los efectos de estas obras serán positivos, a mediano y a corto plazo las afectaciones que están generando son evidentes. Ya no podemos llorar sobre la leche derramada, pero aún se pueden mitigar riesgos. De esto también deben quedar lecciones aprendidas, para que próximas obras no se hagan sin pensar en las comunidades. Nos piden paciencia, y paciencia hay, también resignación, pero queda el sinsabor de saber que pudo existir una mejor planeación. 

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