Es el nombre más adecuado para describir lo que está sucediendo el paseo peatonal de la Carrera 6a entre Castillo y Bocagrande. Conocidos personajes de nuestro barrio, arbitrariamente y de manera clandestina, decidieron fraccionarlo en dos mediante todo tipo de señalizaciones entre un ridículo sendero para peatones, niños, ancianos, mujeres con bebes en coche, etc., y otra parte para ciclistas y patinadores.
El paseo peatonal fue diseñado para ser usado por peatones y discapacitados, por lo tanto fue dotado de rampas especiales para minusválidos y una franja táctil de color amarillo que va a todo lo largo del trayecto para que los ciegos se guíen con su bastón mientras hacen ejercicio y disfrutan. Increíblemente, los ‘sabios’ señalizadores escogieron el lado de la franja táctil para ciegos y desconociendo todos sus derechos, encausaron a los ciclistas precisamente por allí, exponiéndolos a un peligro mortal.
No solamente en el peatonal se hace ejercicio, también se camina para combatir el estrés y por recreación. Hoy, gracias a algunos ciclistas desconsiderados se camina con miedo, amedrentados por las altas velocidades que alcanzan algunos que piensan que están en un velódromo, los nervios se ponen de punta cuando pasan a centímetros, se siente la brisa generada por la velocidad, se está constantemente mirando para todos lados, pensando en el día en que se aparezca el bólido que lo va a atropellar a uno. También hay ciclistas respetuosos con el peatón, con quienes se puede compartir sin temor a ser lastimado.
Empleados de una empresa de mensajería en bicicleta, quienes usan el peatonal como su sitio de congregación e igualmente obreros que van a sus trabajos, circulan a altas velocidades zigzagueando entre toda clase de peatones poniéndolos en alto riesgo. Ahora, con la ilegal señalización, se sentirán con más derecho y tomaran menos precauciones, aumentando la peligrosidad del peatonal, por donde circulan niños que poco entienden de señalizaciones.
La bicicleta es un vehículo de transporte, lo mismo que una moto, como tal puede causar mucho daño a un peatón, y más si es una persona frágil; en consecuencia los ciudadanos no pueden arbitrariamente meter su vehículo por donde quieran sin pensar en las consecuencias de su imprudencia. Dios quiera que nunca suceda alguna tragedia que lamentar.
Con mentalidad alcabalera e incapaces de generar nuevos espacios de esparcimiento, nuestros alcaldes solamente expiden nuevas licencias de construcción en este atestado barrio mientras nos peleamos a dentelladas el poco espacio público que queda. No se les ocurre ampliar la Cra. 6a, tal como se hizo en el Club Naval, para que quepamos todos cómodamente y sin peligro. Tomemos ejemplo de Barranquilla y Montería, con sus amplios paseos frente al río, para el uso de todos.
“No se les ocurre ampliar la Cra. 6a, tal como se hizo en el Club Naval, para que quepamos todos cómodamente y sin peligro”.
Comentarios ()