Columna


Un nuevo ajedrez político

HUMBERTO RODRÍGUEZ COBO

15 de febrero de 2018 12:07 AM

Cuando se observan los recientes resultados de las encuestas del programa “Cartagena como vamos”, nos tropezamos con un panorama desalentador, dramático y con tendencia a empeorar.

Ser una de las ciudades más pobres y desiguales de Colombia no es motivo de orgullo, duele y es triste ver cómo nos estamos deteriorando. Se necesitan medidas urgentes, concretas, con el fin de replantear las dinámicas y el ajedrez político de la ciudad.

Más allá de la indignación que nos producen los resultados, conviene examinar una de sus causas más observables: la plutocracia y su carrusel político de financiación, selección y elección que se repite en cada ronda electoral. Vamos para 6 alcaldes en 9 años y seguimos ejerciendo una práctica electoral enferma que sigue produciendo, reiteradamente y al final, penosos escándalos y cárcel. Es casi como un síndrome donde se desperdician oportunidades de construir grandes proyectos colectivos por destinar recursos a financiar campañas específicas y cooptar luego el municipio para seguir manejándolo como un predio feudal.

Tener trescientos mil cartageneros en la miseria absoluta tarde que temprano traerá sus graves consecuencias en inseguridad, informalidad y falta de competitividad.
El gobierno central, mientras tanto, nos ve desarticulados y perdidos en la corrupción. No hay un solo proyecto que trabajemos todas las fuerzas vivas de la mano y lo luchemos en un ministerio o en una entidad nacional. Preferimos señalarnos los unos a los otros como culpables del desgreño de la ciudad.

Por eso es necesario actuar, de romperle el espinazo al largo periodo de interrumpidos gobiernos. Debemos comprometernos los empresarios, gremios, prensa, veedores y nuevos líderes políticos y no políticos con los entes de control y el Gobierno nacional en su batalla aislada por recuperar el estamento público local.

Algunos sectores se alegran de su éxito aprovechando el caos. Ese éxito no es sostenible y es parte del problema. No entienden que al final, nos tiene que ir bien a todos. La inseguridad, el caos institucional y la vergüenza nacional es evidente. Las investigaciones y las condenan continúan.

Con una gran parte de su clase política cuestionada y en una ciudad sumida en una profunda crisis, es un buen momento político para que los empresarios y gremios nos manifestemos seriamente, nos interesemos en lo público y pasemos de las cartas y pronunciamientos a tomar el toro por los cuernos, como lo hizo en Cali, Ramiro Guerrero.

La gente está cansada, desesperanzada y quiere renovación. Convoco a líderes de todo tipo a que participemos directamente en la política, no le tengamos miedo a asumir activamente cargos públicos, apoyemos solo a los candidatos respetables e iniciemos acciones para recuperar la confianza en nuestra ciudad y su futuro.

COLUMNA MÓVIL*

humberto.rodriguez@gruposala.com.co

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