Columna


Un día de estos

ÁLVARO E. QUINTANA SALCEDO

24 de abril de 2014 12:02 AM

Uno de los escritos más sencillos, pero lleno de la misma riqueza literaria que caracteriza toda la obra de Gabriel García Márquez, es el cuento “Un día de estos”. El corto relato junto con otros siete, hace parte de “Los Funerales de la Mamá grande”, cuentos que relatan acontecimientos no tan desligados en la Villa de Macondo.

Un lunes cualquiera “tibio y sin lluvia” con toda la carga emocional y existencial que trae la llegada de este día para muchos, llega un Alcalde portando orgulloso su pomposo traje militar al consultorio del dentista del pueblo.  Acostumbrado a imponer su voluntad con  violencia, se enfrenta a un dolor de muelas, una de los pocos asuntos que no puede controlar y ante el cual se rinde. Al desdichado Alcalde le toca recurrir a un dentista opositor, que es renuente al principio a atenderlo, pero que luego ve la oportunidad precisa para vengar veinte muertos en un momento coyuntural en el que la autoridad cambia de patrón.

Muchas de las obras de Gabo demuestran la importancia que dio el escritor a la política y a lo político dejándonos grandes lecciones. Con su realismo mágico dibujaba sus consideraciones y creencias, que aunque narradas en hechos ficticios, exponían las realidades de un contexto latinoamericano marcado por la lucha por las libertades, los ejercicios de poder, la justicia y las relaciones entre los ciudadanos.

En el Macondo de Gabo se revelan la pobreza, la desigualdad y el hambre, problemáticas que también saltan a la vista en el Macondo real. Un Macondo que no sabe para donde va, que ha perdido el rumbo de la ética, de la conciencia ciudadana, de la honestidad y el valor de la justicia. Un Macondo donde  los ciudadanos adormecidos no se apropian de  sus derechos y donde el gobernante no ejercita sus deberes. En el Macondo Latinoamericano durante años convergen las más diversas ideologías e interpretaciones que no han podido dar soluciones a los problemas económicos, sociales y políticos. No hay una región en el mundo que comparta tanta historia, tantos valores y tanta cultura, pero que lastimosamente no ha podido unificar y confluir esfuerzos, que aun en la diversidad empuje el desarrollo de los pueblos.

Lo que las ideologías dividen al hombre, dice la canción. El Macondo desigual lleva años de estar dividido en odios y rencores. Unos comunistas, otros capitalistas; Unos uribistas, otros santistas; Unos abajo, otros en el poder. Unos van infierno, otros al cielo. Se hace necesario llegar a puntos de encuentro donde las posibilidades de comunicación, de respeto y de interpretación de las lógicas del entorno, converjan en metas  de todos y para todos.

Los modelos de desarrollo propuestos se sofocan  y la cada vez más urgente necesidad de cambio aflora desde todos los frentes de nuestra sociedad macondiana. Un día de estos, tal como lo afrontó el Alcalde del cuento, enfrentaremos la paradoja de la humanidad, ya venga en un dolor de muelas, en un ataque con ácido o en la negación de un servicio por parte de las EPS. No estamos exentos de los problemas comunes, incluyendo la muerte.

Un día de estos, las líneas de poder separadas deben encontrarse.  Un día de estos lo circunstancial nos confrontará a unos y a otros. Un día de estos nuestros ideales se cruzarán y la ficción se encontrará con la realidad. ¿Un día de estos? ¿Pero cuándo? ¿Cuándo?…Pues, Un día de estos.

Docente Universitario
alvaroquintana@gestores.com

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