Columna


Recordando a Gabo

SARA MARCELA BOZZI ANDERSON

21 de abril de 2015 12:00 AM

En abril, el mundo recuerda a nuestro escritor favorito. El aniversario de su muerte se cumple, recordándonos quizá que nadie es imprescindible, aunque dejemos nuestra huellas en el corazón de nuestros hermanos, hijos y amigos.

Su legado fue recogido esta semana por Señal Colombia, “El Universal”, periódico al que se vinculó en 1948, por escuelas, colegios y universidades, por la Feria del Libro, y por todos los noticieros de televisión. Gabo fue un ser universal.

A mediados de su carrera, se quejaba mucho de las facultades de Comunicación Social, porque habían sustituido la enseñanza del reportaje por entrevistas áridas y grises. “Como han resuelto ahora que el periodismo es solo entrevista, pregunta y respuesta, y se acabó. Y el periodista ni le discute, ni pone en tela de juicio lo que dijo, no tiene voz, prácticamente. Le discute, de acuerdo, pero no hay opinión, ni está el punto de vista cuando se hace un reportaje.”

García Márquez logró grandes reportajes, gracias a que jugaba en un gran equipo: Guillermo Cano, José Salgar, su primo, Gonzalo González, GOG, y Fabio Lozano Simonelli, quienes inspirados en las técnicas del Nuevo Periodismo Iberoamericano, divulgaron nuestra identidad Caribe y del pueblo latinoamericano.

En una ocasión, Gabo se encontró con una muchacha graduada en Ciencias de la Comunicación, e intuía que la palabra “periodista” sería menospreciada. Ella le contó que le enseñaban en la Universidad a leer al revés por si había un documento en el escritorio de un ministro, y ver así lo que decía. A Gabo le pareció una falta de ética y una traición con el tipo que la recibió en su oficina.

Como ese caso, hay muchos. Algunos jóvenes se comprometen a no divulgar cosas que se dicen por fuera de la grabadora, y luego, traicionando la voluntad de su personaje, sacan en páginas enteras lo dicho en privado.

Uno de los grandes legados que nos dejó el Nobel es el de la ética, para ofrecer al lector o a los televidentes información veraz, que les ayuden a tomar mejores decisiones como ciudadanos y como personas.

Según la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), la Ética debe dejar los terrenos del ejercicio individual a la ética empresarial. Rosental Alvez, uno de los maestros de la Fundación afirma que “la ética no es algo simplemente estático, es algo dinámico, que evoluciona”. Todo periodista debe concebir su labor como un servicio social para que las personas puedan tomar decisiones fieles a la moral, el bienestar y el progreso. La Ética, entonces, ya no es una labor transversal de la FNPI, sino un eje estratégico por derecho propio.

*Directora Unicarta

saramarcelabozzi@hotmail.com

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