Estamos viviendo una grave crisis debido a la pérdida de la confianza en nuestras instituciones públicas, privadas y religiosas. Esta crisis ha llegado por la falta de valores. Pero ¿está todo perdido?
Mi respuesta es no.
En medio de esta situación nos toca seguir trabajando con amor, en la formación de nuevos líderes, sembrando esta motivación de cambiar el panorama aplicando una política de servicio y de consenso.
Hay que hacer un alto en el camino y este es el momento, porque está en juego el futuro de nuestras generaciones y no podemos ser indiferentes ante esta situación.
Muchos países que han vivido la pobreza y la guerra lograron mejorar su la calidad de vida porque no perdieron la motivación y la esperanza de imaginar un futuro mejor.
De este aprendizaje queda claro que se requiere de tres componentes importantes para lograr un cambio significativo en los paradigmas tradicionales, que son: disciplina, perseverancia y fe; todo esto acompañado de una actitud de servicio; filosofía ésta, que debe aplicarse tanto en la política como en la religión.
De nuestra experiencia implementando una política diferente, hemos comprobado que sí se puede encontrar personas con esa vocación de servir, ya que nos hemos preocupado por inculcar un nuevo liderazgo en la ciudad de Cartagena y queremos que se haga extensivo a todo el país.
Estamos plenamente convencidos que el servicio es lo más importante que el ser humano puede poseer, ya que le da sentido al propósito que se tiene en la vida y debemos adaptarlo a lo que nos dedicamos. Debemos preocuparnos por servir y no tanto por ser servidos; es ahí donde está el secreto para salir adelante.
Cuando nos enfocamos en vivir de esta manera, aunque se presenten adversidades en el camino, se tienen la esperanza de que siempre se esperan mejores tiempos. Lo digo desde las experiencias vividas en las mil guerras en el mundo de la política pero enfocando nuestro quehacer al servicio de la sociedad; desde hace varios años, hemos encontrado la sabiduría y las estrategias para avanzar.
Empecemos desde nuestro hogar y nuestras comunidades, siendo cada día mejores padres, mejores hijos, mejores esposos, mejores amigos, mejores empleados, mejores jefes.
No es fácil pero si ponemos de nuestra parte podemos cambiar nuestro entorno y les aseguro que no se quedará sin cumplir una promesa de un texto sagrado que señala: “no nos cansemos de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos”.
*Concejal de Cartagena
protocoloconcejodecartagena@gmail.com
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