Columna


Peticiones al papa

GIL ALBERTO FALCÓN PRASCA

08 de septiembre de 2017 12:00 AM

Las confederaciones de trabajadores y de pensionados reconocen en el papa Francisco sus reiterados respaldos al proceso de paz en Colombia, sus continuos llamados a la no discriminación, su crítica a la codicia del gran capital financiero.

“La deuda social, la deuda ambiental con los pobres de las ciudades se paga haciendo efectivo el derecho sagrado de las «tres T»: tierra, techo y trabajo’’.

Siguen los enemigos de la paz insistiendo en la guerra como un medio para seguir en el poder, muy a pesar de las muestras del ELN del cese al fuego y del Clan de Golfo de buscar su voluntad de someterse a justicia y su intención de que “en Colombia se consolide la paz total”.

Que la visita del papa nos sirva para comenzar una seria reflexión hacia la construcción de un nuevo país donde la paz, la liberación de la conciencia en el voto, sea una realidad a partir de la lucha contra la corrupción y la pobreza.

Llega su santidad a un país donde congresistas, alcaldes, miembros altas cortes están siendo procesados por delitos contra la moral y la ética pública, en el manejo de recursos del Estado.

Corrupción que a diario se denuncia en los gobiernos locales y regionales, con intereses por el poder, de las castas políticas, que hacen ver que están denunciando al ladrón y ellos saqueando el erario por la puerta de atrás.

En Cartagena las mafias y los descompuestos que hacen del erario su caja menor, siguen en el poder en cuerpo ajeno, con la complicidad del alto gobierno, el procurador, contralor y el fiscal general de la Nación.

Manolo, como alcalde elegido por el pueblo, tiene la ocasión de no seguir siendo víctima de estos repetitivos complots para estigmatizar a los que llegan a estos cargos, siendo de extracción popular, renunciando para permitir una elección más democrática.

Si no renuncia, sus estrategias funcionarán, dilatarán su proceso, el erario seguirá secuestrado por los mismos, fortaleciéndose con la burocracia, para llegar con poder a las elecciones del 2018 y el 2019. 

No hay plazo que no se venza ni tiempo que no se cumpla, las elecciones de marzo y mayo de 2018, para Congreso y presidencia de la República, en el 2019, alcaldes, gobernadores, diputados y asambleístas, son una oportunidad de cambio.

Es la ocasión para volver a mirar como nación y sociedad hacia los verdaderos valores éticos y morales que deberían guiar a los ciudadanos virtuosos en el ejercicio de un buen gobierno y de una democracia.

El sufrido pueblo de Colombia y especialmente de Cartagena, clama al santo padre, sus reflexiones y oraciones, que permitan que Manolo renuncie por el futuro de Cartagena y que se dé una convergencia por el rescate de la ética y moral pública.

 


 

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