El gobierno de Santos prometió que lo acordado en La Habana con la guerrilla sería sometido a un referéndum popular. Nunca, ni antes ni ahora, le he visto viabilidad a ese compromiso, y es bien sabido que en estos tiempos, ni la palabra del presidente vale nada, ni a nadie se le puede condenar por incumplir, esa es la moda: “prometer, prometer hasta me… y una vez …ido, olvidar lo prometido”, dice el refrán popular.
Pero esa promesa la aprovecha inteligentemente la guerrilla (lo son más que nosotros) para promover, en lugar del referéndum, una constituyente. ¡Que peligro! Y de nuevo el debate nacional se centra en el modelo de desarrollo: libre empresa o empresa estatal; y en el sistema político que lo haría posible, democracia o dictadura; Estados Unidos, o Cuba.
Lo triste es que mientras en los EUA ese debate está superado desde hace siglos; y Cuba, emulando tarde al ex comunismo mundial se inclina hacia el modelo de libre empresa, aquí sea el debate del momento; y que se lo condicione al logro de la paz. Lógico, los capitales se van asustados, el dólar se encarece por la escasez, y nos empobrece.
Los movimientos guerrilleros tienen mucho arraigo en el campo porque están más lejos del poder estatal; protegen la economía de los cultivos ilícitos que mejora las condiciones económicas de los campesinos; y los arma. Pero el sistema de parcelas que se oculta detrás del esquema de repartición de tierras que promueven, nunca producirá crecimiento: la tierra es finita mientras que la población crece, lo cual, obvio, reducirá progresivamente la propiedad per cápita. Los herederos se la repartirán o venderán, con lo cual se producirán las mini parcelas cada vez más improductivas, en el primer caso, o la concentración en el segundo.
No es entendible el crecimiento si no se produce antes una concentración de capitales, tierra, medios de producción y esfuerzos (crecimiento es sinónimo de concentración). Y sin crecimiento no hay bienestar posible: esto es axiomático. El debate se centra en cuál es el sistema que permite esa concentración: si la empresa por acciones propia de la economía capitalista; el cooperativismo; la acumulación individual, o la propiedad estatal.
La empresa estatal no funcionó; la individual entró en desuso hace mucho, no son competitivas (sus propietarios venden, o se asocian con las grandes corporaciones); y estas se democratizan, es decir emiten acciones y cotizan en bolsas. Las cooperativas no poseen –creo- la energía ni el capital suficiente para sobrevivir en un ambiente de libre empresa.
De modo que el campo debe ser industrializado pero mediante empresas que sepan del negocio, inviertan en él y lo modernicen. Esto, ¿se debate con las armas o con el cerebro; con la guerrilla o en el Congreso?
*Ingeniero Electrónico, MBA
movilyances@gmail.com
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