Columna


La verdad de la vacuna

CARMELO DUEÑAS CASTELL

03 de septiembre de 2014 12:02 AM

En 1796, en plena epidemia de viruela, Edward Jenner, médico rural inglés, vio que las mujeres ordeñadoras adquirían la viruela de la vaca en forma leve y se salvaban así de la viruela “humana”, mucho más grave. Jenner tomo pus de Sara Nelmes, ordeñadora, y se la inyectó a James Phipps, de ocho años. El pequeño desarrolló viruela vacuna y cuarenta y ocho días más tarde, Jenner le inyectó viruela humana sin ningún problema. Era inmune.

Hay unos 150 serotipos de Virus del Papiloma Humano (VPH). Hace 30 años Harald zur Hausen identificó los dos tipos de VPH, 16 y 18, que causan el 70 por ciento de los cánceres de útero. Hay dos vacunas, Gardasil de Merck, usada en Colombia, que protege contra cuatro tipos de virus; y Cervarix, de Glaxo. Fueron aprobadas por la administración federal de drogas americana (FDA) para prevenir el cáncer de cuello uterino. En el mundo hay más de 500 mil nuevos casos anuales de cáncer uterino y al menos 273 mil muertes (3.300 en Colombia). Así, la vacuna debería prevenir aquí 2.000 muertes anuales. Este beneficio solo se dará después del año 2020.

Japón cuestionó su uso. En España y Francia hay demandas por posibles efectos secundarios y una publicación norteamericana no descarta asociar la vacuna a eventos fatales. Se ha reportado Síndrome de Taquicardia Ortostática Postural (POTS), inflamaciones del ojo (uveítis) y neuropatías después de la vacuna. Además, hubo una proporción más alta de trombosis y síncopes (desmayos) que con otras vacunas y recomiendan que todas las personas sean vigiladas, sentadas o acostadas durante 15 minutos luego de vacunarse.
Una revisión de la FDA y de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) concluyó que los efectos secundarios adversos son mínimos y similares a los de otras vacunas. Dos recientes revisiones de la literatura, más de 190.000 mujeres, apoyan su eficacia y seguridad.

La vacuna está aprobada en más de 55 países, decenas de millones de pacientes confirman su seguridad y por ello la avalan muchas sociedades científicas mundiales. En Colombia la apoyan las sociedades de Pediatría, Ginecología, Perinatología e Infectología. Cada vacuna cuesta 130 dólares y el estado colombiano la da gratis.

El 28 de agosto, el Ministerio de Salud aseguró que no hay “ninguna evidencia directa o indirecta entre la vacuna y los síntomas de las niñas de El Carmen de Bolívar”. Además, que “se encuentran síntomas bizarros, no característicos de una o varias enfermedades y que no tienen enfermedad que les comprometa la vida”.

Aunque las verdades en ciencia requieren de la dura prueba del tiempo, las vacunas son de los avances que más han beneficiado a la humanidad.

*Profesor Universidad de Cartagena

crdc2001@gmail.com

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