Me parece extraordinaria la campaña: “Dilo, Cartagena es lo máximo”. Sus promotores batean jonrón con bases llenas porque estimulan transformaciones importantes para la ciudad. Todo proceso de cambio se inicia por una autoevaluación apoyada en los aspectos positivos y naturales, para maximizar lo bueno y cambiar lo que no funcione bien, ahogando el mal en abundancia de bien. Si nos enfocamos solo en lo negativo destruimos la autoestima, la motivación y el sentido de pertenencia. Creo que es cierto, ¡Cartagena y su gente, son únicas, especial, inigualable, lo máximo! También tiene muchas oportunidades de mejorar y la Palabra de Dios nos da una guía importante en las lecturas de hoy.*
Nuestro Dios dice que un pueblo es sabio e inteligente si sigue sus leyes y mandamientos justos. Nos invita a revisar nuestras intenciones, no calumniar, no hacer mal al prójimo, no difamar a los demás, no aceptar sobornos contra el inocente. Nos anima a no sólo escuchar la Palabra, sino a hacerla vida sin engañarnos frente a Él quien todo lo ve y conoce, para salvarnos. Nos invita a no mancharnos las manos con cosas de este mundo y atender a los más débiles, huérfanos y viudas. (También los abandonados por padres y esposos vivos).
Hagamos de Cartagena lo máximo, cuidando nuestro corazón, centro de todas nuestras decisiones. “Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.»
Que Cartagena sea un verdadero paraíso porque Dios sea el centro de nuestras vidas, viviendo con humildad y obediencia sus leyes de amor, respetando la vida, la familia y lo ajeno, gozando con el éxito de los demás, ahondando en las cosas profundas de la vida, que nos eleven el alma, sin quedarnos en lo superficial, cuidando y protegiendo a nuestros menores, estimulándolos en el desarrollo de sus talentos con formación del carácter, aprendiendo de nuestros mayores y ofreciéndoles apoyo y seguridad, trabajando por una sociedad justa que promueva el desarrollo de todos.
Cartagena es ‘la patria chica” para muchos colombianos y es cada vez más atractiva como puerto y ciudad turística para locales y extranjeros, eso nos compromete a trabajar valores dentro de nuestra cultura: ser serviciales, acogedores, respetuosos, alegres, interesados en los demás, genuinos, cívicos, leales, honestos. Cartagena es lo máximo, y sería aún más, si vivimos a fondo la justicia con amor a Dios y a los demás.
*Dt (4,1-2.6-8): Sal 14,2-3a.3bc-4ab.5; San (1,17-18.21b-22.27): Mc (7,1-8.14-15.21-23)
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