Mientras Dionisio Vélez “el hermoso” se extasía contemplando narcizamente sus fotos y silbando a la inseguridad de Cartagena, haciendo “vueltas” a sus jefes de Barranquilla y pululando la corrupción que nadie investiga a cabalidad, el mundo avanza.
Por el avance, es que no es fortuita la excepción de visas -a los colombianos- importantes como la Schengen, el pertenecer a la alianza del Pacífico nos posiciona para estos logros.
América Latina vive su época de oro, manejando un mercado de más de 510 millones de habitantes, clasificados como clientes potenciales. Su riqueza, según el Fondo Monetario Internacional, creció un 3,4% en el 2014, siendo tres veces más que lo esperado para Europa en ese mismo año.
La Alianza del Pacífico fue creada el 28 de abril de 2011 por Chile, Colombia, México y Perú con objetivos específicos, resaltando el de superar la desigualdad socioeconómica, e impulsar la inclusión social de sus habitantes. Igualmente sus gobiernos tienen una visión de un mundo sin fronteras. La desigualdad es una talanquera de América Latina y por supuesto de Colombia, producto de los indecentes, corruptos atropelladores de la legitimidad del ser humano, que son los que muchas veces ostentan el poder y deciden el destino de los pueblos esclavizados en la ignorancia. Cuatro de cada 10 habitantes de América Latina viven con algún grado de precariedad.
México, Chile, Colombia y Perú emergen como la sexta economía del mundo, lo cual no es nada despreciable en la apertura de mercado. Aquí en este punto es donde es inminente la paz de Colombia. Por ello se la juega el presidente Juan Manuel Santos, con tanta ansiedad, pasando límites, lo cual no deslegitima su propósito, sin que valga el todo vale.
Estos cuatro países tienen el 40% de la población de Latinoamérica y concentran el 55% de las exportaciones de la región. Nada despreciable.
Entre los acuerdos a que ha llegado la Alianza del Pacífico están el 100% de liberación comercial (92% de manera inmediata y 7 % a medio plazo y únicamente el 1 % a largo plazo); el establecimiento de un fondo de cooperación para proyectos de desarrollo económico; y la creación de una red de científicos en cambio climático, etc.
La visita del primer ministro chino, Li Keqiang, es un buen síntoma para una duradera relación con el monstruo asiático, fábrica del mundo, donde el 92% de los productos del planeta son chinos o tienen un componente chino. Todo ello dentro de la Alianza del Pacífico nos abre un enorme campo de inversiones y negocios a explotar, con la segunda potencia económica del mundo, por lo que aprender mandarín debe ser una prioridad, dejando de convertirse en una barrera, aun teniendo el inglés.
Son mil trescientos sesenta y cuatro millones de personas que tiene China y que necesitan alimentos, siendo nuestro fuerte el agro. Colombia exportó en el 2014 cinco mil setecientos millones de dólares a la China e importó once mil millones de dólares. La brecha se estrecha.
Ciudades como Cartagena, Barranquilla, incluso Tolú y Coveñas por su cercanía con el Canal de Panamá entran a jugar en el siglo del Pacífico. Localmente, ¿qué estamos haciendo?
Coletilla: Sincelejo con alto riesgo de corrupción... ¿Quiénes son?
Coletilla: Al preguntarle a la pispirispi, egocéntrica de María del Rosario Guerra, sobre la candidatura de Francisco Santos a la alcaldía de Bogotá, dijo tajantemente: “No opino sobre ese tema”. ¡Hum!
Coletilla: preocupa Comfasucre. Algo pasa. ¿Quiénes están detrás? Sigo recibiendo información en gusmonfe@hotmail.com
Créditos: Alianza del Pacífico, integración colombo-china
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