El exministro Juan Camilo Restrepo perdió la sensatez. Solo así se explica que falte a la verdad. Trafica con argumentos que no aguantan el escrutinio e intenta ceñir con impudor una aureola moral que no le queda. Vuelve a decepcionar a los productores rurales, al Partido Conservador, a los gremios agropecuarios y al mismo gobierno de Santos que dice defender.
Sin mediar en la ruina del campo –que él contribuyó a profundizar– o a quién lleve a la picota pública, defiende la inexistente política rural, el inconcluso acuerdo agrario de La Habana y se hace cruces por un arreglo burocrático que él mismo avaló e impuso a su sucesor.
El agro no aguanta más desaciertos, y menos del Minagricultura por 3 largos años, sin mayor gestión, a no ser a favor de las Farc en Cuba.
Olvida que salió del gabinete en la agitación de los paros agropecuarios, bomba social amenazante, mientras ingentes recursos iban solo a la ineficiente política de restituir tierras, aunque los males estructurales del campo siguen sin atender. Así como no arrancaron las vías, ni las normas sanitarias, ni los ajustes en precios, ni contra el contrabando, hay poco para mostrar en tierras.
Apena desmentir al Dr. Restrepo con las cifras oficiales: marzo había 372 sentencias de restitución, por 21.103 hectáreas a favor de 927 víctimas, aunque de las 21.103 restituidas 60% son baldíos, o procesos de formalización para poseedores y ocupantes. Siendo indulgentes, sólo 0,7% de las has. y 0,25% de las solicitudes han sido atendidas, cuyos reclamos expirarán en 2021. Pero no son los únicos indicadores del fracaso.
Apenas se han registrado 54.064 víctimas por la inseguridad: hay más de 67 asesinatos y 85% de los reclamantes siguen invisibles y de los casos sólo 30% ha sido microfocalizado para restituirlo. ¿Cómo sacar pecho con este fracaso?
El exministro se ufana de acompañar el acuerdo agrario de La Habana y se burla de quienes alertamos sobre el veneno del “informe conjunto”, sus conexiones con lo abordado luego y las “salvedades puntuales” que serían “reexaminadas” antes del acuerdo final, según las 2 partes.
Si “nada es para la guerrilla” y “todo es para la población campesina”, según el exministro, ¿dónde están las 150 mil has. que asegura confiscaron al “Mono Jojoy” y por qué no se restituyeron? ¿O las más de 800 mil despojadas por las FARC, según la Unidad de Tierras del Ministerio? Y ¿quiénes negocian las Zonas de Reserva Campesina? ¿Por qué las Farc influyeron para constituirlas, hasta con infiltrados en el Incoder?
¿No tenemos derecho a disentir de un acuerdo con un grupo narcoterrorista, que propone al menos 14 mecanismos para afectar la propiedad rural? Estos incluyen “explotación antieconómica”, “tierras improductivas y ociosas”, que “incumplan la función social” o las “normas ambientales”, que en un país sin tierras pueden dar para todo, incluso para una reforma confiscatoria y para demagogia electoral.
Restrepo, en la pataleta, echó al agua a sus condiscípulos del Partido Conservador, enlodando un acuerdo burocrático con el Gobierno avalado por él cuando ministro. Señor exministro, hoy paga el costo político. No vuelva para sembrar vientos y recoger tempestades.
*Presidente Ejecutivo de Fedegán
José Félix Lafaurie Rivera*
@jflafaurie
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