Para defender los derechos humanos fundamentales, constitucionales, individuales y colectivos de las mujeres desplazadas y sus familias en el conflicto interno armado colombiano, nació legalmente en 1999 la Liga de Mujeres Desplazadas, en el barrio El Pozón de Cartagena, bajo el liderazgo de la abogada Patricia Guerrero.
Entre los años 2003 y 2005 casi cien mujeres se involucraron en la autoconstrucción de “La Ciudad de las Mujeres”, una urbanización gestionada por la Liga, en Turbaco, en la zona de Bonanza, una parte del municipio sin desarrollo urbano antes del proyecto de la Liga “Sueño de una vida digna”. En la parte alta del terreno, con recursos de cooperación internacional, por un camino destapado, lleno de montes e intransitable cuando llovía, la Liga construyó un centro multifuncional con el nombre “El corazón de las mujeres”.
Hoy la Liga no solo la integran mujeres de Cartagena, sobrevivientes de diferentes masacres y otros crímenes de guerra en el Caribe, sino que también mujeres víctimas asentadas en Turbaco, San Jacinto y Carmen de Bolívar, en los Montes de María. Hoy en tiempos de acuerdos de paz, posacuerdos y posconflicto, la Liga también quiere la incidencia política para la reparación integral, individual y colectiva de las mujeres víctimas de desplazamiento forzado y crímenes conexos. La Liga y sus integrantes son reconocidas como sujetas de reparación colectiva y tienen su Plan Integral de Reparación Colectiva (PIRC), cuya construcción participativa empezó hace cuatro años y cuya implementación y reparación de los daños causados ha estado llena de obstáculos.
En tiempos de guerra y de paz, las mujeres de la Liga y sus familiares han sido víctimas de asesinatos, amenazas, intimidaciones y múltiples daños. En el año 2005 fue asesinada quien cuidaba la fábrica de bloques de la Ciudad de las Mujeres, ese mismo año fue amenazada la familia que cuidaba una sede de la Liga y desaparecido el conductor de la organización. El 20 de enero de 2007 fue incendiado “El corazón de las mujeres” y con él un comedor, una panadería, un aula múltiple y útiles infantiles.
“El corazón de las mujeres” fue reconstruido al poco tiempo, pero hoy el centro multifuncional, “La Ciudad de las Mujeres”, la Liga y las mujeres, son víctimas de otro daño: la invasión de los predios de “El corazón de las mujeres” por la empresa que construye una urbanización en la parte alta de los terrenos de Bonanza.
“Sin verdad, justicia, reparación y no repetición no habrá paz en Colombia”, dice una de las integrantes de la Liga de Mujeres Desplazadas.
*Lingüista, Literato y Comunicador para el Desarrollo
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